domingo, 12 de diciembre de 2010

Federal y popular


El 20 de noviembre próximo pasado se recordó la batalla de la Vuelta de Obligado, con un acto digno de Pueblos libres.
Para la Historia oficial que dominó durate décadas la educación aregntina, quien lideró esa gesta como jefe de la Confederación Argentina, "ni el polvo de sus huesos" debería llegar a nuestra tierra.
Esto explica silencio, desmemoria y ocultamiento, de él, Juan Manuel y de sus paisanos que guerrearon contra los imperios mas grandes del mundo en aquél momento.
Mas importante era el libre comercio como diría años mas tarde Bartolomé Mitre al referirse a la Guerra de la Triple Infamia contra el hermano pueblo del Paraguay.
Soberanía, es el concepto que sintetiza aquél acto heroico.
Colonialismo, es el concepto que nutre a Lavalle, Sarmiento, Florencio Varela, José M. Gutiérrez y tanto liberal mitrista que ofreció y ofrece su Patria al imperio invasor.
El 20 de noviembre del año 1845 se escribió un párrafo mas de la declaración de la Independencia con el sable del general San Martín, con la conduccón del brigadier Rosas, con Mansilla y Chilavert, con indios, negros, mulatos, mestizos, criollos; digo hombres y mujeres, argentin@s ell@s.
GB

1 comentario:

  1. Juán Manuel de R...
    Me cuesta horrores escribir sobre historia Argentina porque cada cursada es cómo parir un piano. No hay caso, tengo mentalidad hombre antiguo. ¿No es más entretenido hablar de cómo surgió la democracia y cómo se ganó adeptos y de manera opuesta se perdió en moral?.
    Volviendo a nuestras tierras, hace poco pude observar por fox sports una final jugada por Boca contra "El orgullo nacional" o "verdadero rey de copas" - cómo te guste más -. El último penal lo ejecutó Blas Armando Giunta. ¡Cuántos testículos, por favor!. En época de poco huevo en el plantel xeneize, recordar a Blas Armando, nunca viene mal. Si, ganamos aquella final, en el fín de una década seca de títulos. "El huevo, huevo, huevo" que bajaba de la bandera nro 12 hacia Blas, es similar al "huevo, huevo, huevo" que irradiaban mis ojos cuando tuve que meterme en la vida del caudillo bonaerense. ¡Qué pelotas las de Juan Manuel!. Tan equivocado no estaba, primero calmar a las fieras y luego dictar la constitución, no?

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