miércoles, 5 de enero de 2011




"Cuando recorría Europa, hace poco mas de dos años, cumpliendo la conocida misión con que me honró nuestro Presidente, uno de tantos errores esparcidos dolorosamente, contra el cual tuve que batallar, fue el de que los intelectuales argentinos estaban contra Perón. Al europeo esto lo impresionaba sobremanera.
Claro está: solo los adinerados pueden darse el lujo de hacer turismo enParís y de ganar el jubileo en Roma. Solo ellos tiene piedra libre para desparramar lejos del país, los mas absurdos infundios contra nuestra revolución justicialista.
La Universidad se decía ha sido asaltada por los bárbaros. Los auténticos sabios huyen de sus cátedras y se refugian en Santiago de Chile, o en Montevideo.
Una ola de incultura anega el país. Pues bien: hace veinte años, en la época precisamente de esplendor plutocrático, visitaron a la Argentina afamados pensadores, como Keyserling, Waldo Frank y José Ortega y Gasset; y en sus escritos (que no hemos olvidado ni olvidaremos jamás) enjuiciaron al país, y sobre todo a las élites plutocráticas que daban la tónica, con juicios lapidarios.
En estos últimos años, en pleno esplendor justicialista, otros pensadores de no menos prestigio han llegado a las costas de la nueva Argentina; y han emitido sus impresiones sobre la Argentina en un estudio intitulado América. Ese estudio documenta que la Argentina justicialista de hoy es la antítesis de la Argentina antijusticialista de ayer, la que conoció Ortega y Gasset. En el volúmen 13 (enero-marzo de 1950) de la Revista de la Universidad de Buenos Aires, que dirijo, he publicado este espléndido trabajo".
"Y esto ha sido posible porque la agremiación del proletariado argentino es la revolución mas profunda de cuantas se han realizado desde la independencia hasta ahora en nuestro país, y acaso no sea exagerado decir en América. Con ella la estéril politiquería del pasado no le queda, dentro del organismo social, sino un vida aparente; de ninguna manera real. Y si se oye vociferar a sus corifeos,a veces estentóreamente, en los parlamentos o en la prensa, es porque quieren darse a sí mismos la sensación de que viven. La oligarquía los ha votado, sí, pero no por oponerse a la revolución social, no porque internamente los acepte. Y esto lo saben ellos. Es su drama interior."
Buenos Aires, 5 de setiembre de 1950, Año del Libertador General San Martín, R. P. Hernán Benítez.

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