jueves, 5 de mayo de 2011

Juan Perón al presidente yanqui JFK.




















El Cuartelazo de 1955.

Pero ahí no termina todo. En 1955 se produce en nuestro país un "cuartelazo" que tiene evidente mandato foráneo, cuyas consecuenccias no podían ser otras que el desorden, el hambre y la miseria qeu actualmente está sufriendo su pueblo, porque al desgobierno de la dictadura de Aramburu le ha seguido una banda de asaltantes políticos, que cosntituye el peor azote que recuerde la historia política argentina. La caída del peronismo, producto de la confabulación de la oligarquía capitalista con la de intereses foráneos no ha podido dar otro resultado que el que está a la vista. Cuando en 1955 al decir de nuestros críticos la situación financiera "era mala" poseíamos una reserva de750 millones de dólares en caja, un encaje aúreo de 850 millones de la misma moneda, no teníamos deuda externa y nuestro comercio exterior se desenvolvía con ventaja merced a los convenios bilaterales.

Han pasado solo seis años desde el día en que fuimos despojados del gobierno, y, en ese lapso, se han dilapidado la reserva financiera y la reserva de oro y se ha contraído una deuda externa de mas de 3.000 millones de dólares, después de haber desorganizado el país e imposibilitado la comercialización de su producción. Pero eso no es todo: también se ha perdido toda dignidad y como en los tristes días del "Pacto Roca-Runciman", mendicantes argentinos suelen deambular por los despachos europeros y norteamericanos en procura de alguna limosna que lleva implícito una confesión de incapacidad y desvergüenza.

Pero si en el plano internacional la situación económica es mala en el plano interno, es aún peor.

Mientras nosotros disponíamos de un presupuesto nacional que no pasaba nunca de los 20.000 millones de pesos, que todos los años cerrábamos con superávit, en la actualidad se dispone de uno no inferior a los 135 mil millones de pesos que, por falta de financiación, cierra con casi un 50% de défficit que, en los cinco años pasados se ha ido acumulando como deuda fluctuante.

Por eso, la deuda interna que en 1955, totalmente consolidada, llegaba solo a los 11 mil millones de pesos, alcanza hoy cifras imposibles de calcular.

Los inconcebibles negociados que llevaron a las concesiones petroleras destruyeron toda
posibilidad de resolver económicamente el problema de los combustibles.
Los empréstitos son un remedio que resulta peor que la enfermedad, el peor error que comete el gobierno de los Estados Unidos al concederlo, porque se pierde la mitad de su valor con respecto a su valor adquisitivo, por al aumento de precos producido por la falta de licitación internacional, por la pérdida de seguros y fletes y la otra mitad que resta es generalmente víctima de la codicia de los funcionarios y de los políticos deshonestos. Pero , al final, el pueblo que no recibe beneficio alguno y que debe pagarlo todo con crecidos intereses, termina condenando al prestatario que para él ha resultado ser un vulgar usurero.

En los diez años que goberné al país, se pagó una deuda externa qeu pasaba los 3.500 millones de dólares, cumplimos todos nuestros compromisos, realizamos una amplia justicia social, dimos diez años de felicidad al pueblo argentino, organizamos nuestra riqueza y estabilizamos nuestra economía tanto en lo interno como en lo internacional.

Hambre, injusticia y arbitrariedad para el pueblo.

Pero es tan grande el engaño o la mala fe, que a menudo se sostiene que la dictadura de Aramburu y "el gobierno de Frondizi" "han mejorado la situación económica de la Argentina". Pero el pueblo argentino sabe bien que es todo lo contrario pues lo experimenta en su bolsillo y en su estómago, vísceras suficientemente sensibles como para influenciarlas con falsa propaganda. Si estas afirmaciones falsas e insidiosas provienen de funcionarios del gobireno de los Estados Unidos, como a menudo sucede, ¿cómo se pretende que no sufra desprestigo ante los pueblos que conocen la verdad y que generalente atribuye a móviles inconfesables en defensa de intereses espúreos?
Un falso enfoque mezcla de atraso, ignorancia y mala fe, pretende desviar el problema argentino
hacia un materialismo suicida, que no es solo negativo, sino que utiliza también todas las formas para satisfacer los apetitos y las pasiones de los círculos de privilegio. El proceso argentino, como el latinoamericano, es el despertar de los pueblos en busca de su propio destino. La explotación de las masas inicuamente impuesta para servir ingtereses foráneos, la miseria insidiosamente provocada como medio de someter al pueblo, la injusticia, la arbitrariedad y la violencia, no son sino secuelas del mismo mal que llevan irremisiblemente a las mismas consecuencias: la rebelión de las masas.

De Colonia a Patria.

Todo cuanto se diga de una posible solidaridad de los pueblos iberoamericanos con la causa del capitalismo y sus sistemas, no pasará nunca de ser una falsedad, y los gobernantes que los sostengan, o tratan deliberadamente de engañar, o no representan a su pueblo. Ya es irrmisiblemente tarde para obtener semejante solidaridaridad que peude estar en algunas bocas pero no en sus corazones. Cuando mucho se podrá obtener alguna prudente tercera posición, porque nosotros los americanos del sud vemos el problema de un muy distinto modo, del que lo pueden apreciar los americanos del norte.
Es indudable que el SXXI será el de las democracias sociales porque la historia y la evolución no retroceden, allí donde no triunfen las tendencias como el Justicialismo, podrá triunfar el comunismo, pero jamás el capitalismo que ya está perimido.
El empleo de la fuerza o de la intriga no están indicadas en sus diferentes formas, ni ganarán camino en la solución que se busca. Hasta ahora los Estados Unidos solo han buscado estas formas equívocas de ejecución y los resultados están a la vista.

El error de los altos funcionarios norteamericanos que visitan nuestros países y reciben invariablemente una acogida francamente agresiva está precisamente en crer que todo se puede arreglar mediante esporádicas ayudas económicas y no quieren concebir ni comprender que se trata de causas mas profundas entre las cuales no son menos importantes los comportamientos de las empresas industriales yanquis asentadas sobre las riquezas naturrales de nuestros países, que constituyen verdaderas manchas negras en la historia de las relaciones humanas y comerciales de los Estados Unidos con Hispanoamérica.
Otras razoness que mas han influído en la animadversión mencionada es la intervención de los Estados Unidos en los asuntos internos de los países latinoamricanos, de las cuales está plagada la historia de nuestras relaciones.

Prof GB

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