sábado, 28 de enero de 2012

Columnas, La Nación, Novedades|enero 27, 2012 Malvinas: nuestro mandato y la sintonía fina

De todos los oficios que tengo, hoy vengo a hablar del único que no elegí pero del cual no puedo ni quiero abjurar. Hace casi 11.000 días que a muchos de nosotros nos dieron un legado… al tener que volver, en el momento exacto de dejar las Islas, derrotados, todos nosotros, los sobrevivientes, escuchamos el mismo mandato.

Por Carlos Giordano (*) /

Se nos metió bajo la piel, se nos grabó como un tatuaje inmanente, nos pobló con un nuevo brillo la mirada, rasgó la joven conciencia que aún nos ocupaba los sueños, los años, la vida que volvíamos a tener entre nuestras manos… hablen, cuenten, digan, canten, escriban, graben, esculpan, filmen, pinten, griten, susurren, transmitan, publiquen… lo que pasó, lo que hicieron, lo que nos hicieron, lo que nos torturaron, lo que nos robaron, lo que nos secuestraron, lo que nos desaparecieron, los sueños que nos impidieron, las historias que queríamos y que no vamos a vivir, losmédicosabogadosartistaspolíticosjugadoresmecánicossacerdotespadresnovioshijoscientíficoscazadorescriadoresmedierostranseúntesbandidosatorrantespatronesescaladoreszafrerospetrolerosminerosempleadoscomerciantessueñerossoñadoresmartillerostécnicosinspectorescocinerosbarrenderosestudiantesantropólogosdentistaseconomistaslibrerosdespachantesviajantesbolserosjangaderoschoferescamionerospasajerosmaestrosprofesoresvagabundospanaderosmetalúrgicos que no seremos…

Tengo 49 años y el 2 de abril de 1982 desembarqué en Malvinas como “colimba”… y hoy, fundamentalmente hoy, siento que empieza a ser posible pasar el “testigo”, cumplir aquel “mandato”, deshacer la paradoja que creo más profunda en nuestra historia como Nación, como Destino: Malvinas sigue siendo, al tiempo que una referencia ineludible, lo más estentóreo de lo no dicho, de lo ocultado, de lo silenciado forzadamente, de lo acallado con premeditación y alevosía, de lo censurado con fruición y detalle… sin embargo, si cualquiera de nosotros revisa los periódicos de los 10910 días que transcurrieron desde el final de la Batalla de Malvinas hasta hoy, va a encontrar que no pasó uno solo que no haya una noticia que nos nombren de algunas manera a las Islas… desde temas de soberanía, episodios de violencia donde participó algún ex combatiente, una licencia pesquera mal o bien dada, un acto reivindicatorio, una estampilla, un discurso neocolonialista, una reparación histórica… el 15 de junio de 1982 Malvinas, anteayer Malvinas, ayer Malvinas, hoy Malvinas… todos los días Malvinas.

Y es que es en la idea de Malvinas donde se aloja la oportunidad para sintonizar finamente el futuro… claro que no hablo de los 11718 km cuadrados de roca y turba que componen casi exclusivamente la topografía de las islas… hablo de lo que su sola mención representa:

■Malvinas significa la soberanía territorial que aún está incompleta sin la bandera argentina en todos nuestros mástiles;
■significa la imposibilidad de ejercer la soberanía alimentaria, extractiva, cultivadora, mientras los buques, plataformas y redes extranjeros hagan uso de las licencias dadas por Inglaterra o cualquiera de sus aliados y nosotros no tengamos poder de policía sobre ellos;

■significa la absoluta falta de libertad para circular por el territorio nacional marítimo, aéreo, insular y continental en su integralidad;
■significa el regocijo unánime cuando después de 10910 días nos damos permiso para publicar el archifamoso informe Rattenbach, aquel informe que las propias Fuerzas Armadas responsables del genocidio, la traición y la entrega hicieron aplicando la “letra” de los códigos militares de justicia, mas no los accionaron;

■significa el estruendoso bochorno que todos sentimos cuando aún repetimos la letanía de que “las Malvinas son argentinas” mientras que ellos las siguen “haciendo suyas” en el peor de los sentidos posibles;
■significa el desconsuelo por el próximo suicidio de algún ex combatiente que no logró resucitar del recuerdo, hacerlo memoria y darse la oportunidad de ser parte de este presente esperanzador;

■significa la única vergüenza que hizo que los Jerarcas militares aceptaran el oprobio del desmantelamiento del aparato de privilegios que compartían con sus colegas civiles, eclesiásticos, empresariales y culturosos;
■significa el desconcierto cuando hay que preparar un acto escolar para hablar de ellas… “¿de qué hablar? ¿de la guerra? ¿de los caídos? ¿de los milicos? ¿de la paz? ¿de la soberanía? ¿del colonialismo? ¿de los enemigos históricos? ¿de los aliados? ¿de gesta, de aventura, de los combates, de los desplantes, de los silencios, de las bravuconadas, de los autohomenajes, de los heroísmos, de las cobardías?…”


Por todo esto, hoy, cuando escuchamos que la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, retomó su función pública reivindicando su historia de compromiso y lucha por la memoria y la justicia sobre lo que pasó en Malvinas, haciendo cargo al Estado nacional así como lo hizo el Presidente Néstor Kirchner cuando en la ESMA pidió perdón por los crímenes a los ciudadanos durante la última Dictadura, empezamos a sentir que el dial puede incluir también un relato que sintonice finamente aquel mandato que nos parió a la Historia.

(*) El Dr. Carlos Giordano es Profesor Titular e Investigador de la UNLPMiembro del Centro de Ex Combatientes Islas Malvinas (CECIM) – La Platagiordano@perio.unlp.edu.ar

Prof GB

Fuente apegeba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario