domingo, 29 de abril de 2012

MEGAFON O LA GUERRA

"-Señor Capitán-dijo volviéndose al Fundador y mostrándole con su índice la Csa Rosada-, en aquél extraño monumento que se parece a una mayonesa de langostinos, concede a esta hora sus audiencias el general don Bruno González Cabezón, también llamado "el hijo del choricero", actual Presidente de la Nación por autocratismo ingenuo, usurpación del poder y oscuridad absoluta de mollera. ¡Señor Capitán, nos encontramos ante una especie folklórica del mejor cuño! Ahora bien, ¿ a qué dedica esta mañana sus afanes nuestro caótico general? ¿ Piensa en Dios, en la Patria y en la Gloria, como decía el viejo don Olegario? El general don Bruno González Cabezón, también llamado "el hijo del choricero", recibe ahora, por su oreja derecha, un informe secreto sobre los generales benditos que lo apoyan todavía y sobre los generales malditos que buscan suplantarlo en el sillón de Rivadavia, todos presidenciables e igualmente folklóricos.

Por su oreja izquierda está oyendo los informes de la policía, los gendarmes y los organismos de seguridad acerca de los apaleados y rebeldes justicialistas que acaban de recibir otra orden magnetofónica de su líder,  acerca de los nacionalistas rabiosos que se agarran al chiripá de Juan Manuel, y acerca de los feroces marxistas que ocultan un mimeógrafo debajo de sus catreras.

Alguna inquietud en el General Presidente? ¡No! El General Presidente sonríe con optimismo:
su ojo derecho se afirma en el Gran Oligarca y su ojo izquierdo en el Pentágono del Norte. ¡Bien! ¡Que pase ahora el señor embajador de los Estados Unidos!.

-Eso no es del todo exacto-dijo aquí Megafón-.En realidad, la línea va desde el Pentágono del Norte al Gran Oligarca, y desde el Gran Oligarca se concentra en el General Presidente."

Y..."el Ministro de Economía doctor arquitecto Ramiro Salsamendi llamado también "el promotor de los inviernos" y "el verdugo de los estíos", usa un dios al que clama sin amarlo, la Estabilidad Monetaria, y un demonio al que teme sin eludirlo, la inflación.
En este instante por ejemplo, acaba de recibir a los agentes del Fondo Monetario Internacional, a lo contadores del Eximbank de Washington, a los socios del Club de París y a los prestamistas del Mongobank de Zurich.
Salsamendi anotó ya las instrucciones foráneas y sabe al fin cómo resolver los problemas argentinos.

Nos costará un esfuerzo a los veinte millones de agentinos deberán apretarse los cinturones y correr la liebre, para mostrar una silueta que le guste al FMI.
Tengo a la firma un acuerdo stand by que le arranqué a la USA con el sudor de mi trabajo.
 ¿En qué consiste señor ministro?
En lo siguiente: yo doy un yacimiento petrolífero, y me dan en cambio la bencina para mi encendedor.
Ante los periodistas concreta su doctrina.
"Un verano argentino es igual a la suma exacta de quince inviernos rigurosos a pagar en dólares en el National Bank de Nueva York."

LEOPOLDO MARECHAL.

GB

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