domingo, 24 de marzo de 2013

EL DIA DE LA AMNISTIA POR MIGUEL RUSSO

El día de la amnistía Por Miguel Russo mrusso@miradasalsur.com No conformes con la marabunta informática sobre El Papa, los medios hegemónicos hicieron un recorte preciso a sus necesidades con ciertas declaraciones. La asunción de Jorge Bergoglio (de aquí en adelante, El Papa) al sillón mayor del Vaticano debe ser la causa principal de la ola de afectos (tanto de los esperados como de los inesperados) que se disparó a nivel nacional. La frutilla del postre se la llevó el asombroso llamado telefónico y posterior abrazo entre Eduardo Duhalde y Carlos Menem. Duhalde (ex vicepresidente, ex presidente, ex bañero, ex referente del PJ) dijo sentirse conmovido por el mensaje papal: “Tan conmovido que pensé con quién había tenido fuertes peleas y lo fui a visitar a Menem. Nos dimos un abrazo y ahora estamos en paz”. El abrazo remite a otras efusiones históricas (recordar el primigenio entre Perón y Balbín allá por 1972, el de Vilma Ripoll con Hugo Biolcatti en esas cosas del campo, el reciente intento de Pino Solanas de abrazar completa a Lilita Carrió o el insultante Menem-Rojas de 1989 al comienzo nomás del menemato "reconciliatorio"). Pero, lo dicho, eso fue la frutilla, el postre completo lo prepararon los enormes recortes que se hicieron sobre las declaraciones de varios personajes importantes de la vida política, tanto que la mesa de la sociedad argentina se vio invadida de centenares de platitos con palabras que se dijeron y frases que desaparecieron por arte de magia (negra). Allá en un lejanísimo 22 de julio de 1971 (cuando la izquierda, la derecha y la posibilidad de tomar el poder estaban a la vuelta de la esquina), una realmente joven Nacha Guevara provocaba desde el escenario del Teatro I.F.T. con un tema compuesto por Tom Lehrer y adaptado por ella misma: "El día de la amnistía". "Los pobres odian a los ricos, / los ricos odian a los pobres. / Odiar hasta a los amigos / es un juego establecido, pero / en el Día de la Amnistía, / en el Día de la Amnistía / Lanusse toma el té con Onganía", cantaba y estallaba la hilaridad entre el público. En la segunda estrofa, anticipando el abrazo artero antes mencionado, en ese Día de la Amnistía "Rojas y Perón / bailan juntos rock and roll" y las carcajadas hacían sacudir hasta el cartel que reclamaba "Libertad para todos los presos políticos" desde el escenario. Es cantado que, aun a pesar de sus muestras de visionaria, la señora Guevara ni siquiera habría podido imaginar aquella noche de 1971 las efusiones recientes provocadas por el mensaje en latín de El Papa. Pero, quizá como un enorme "por si acaso", seguía cantando: "Seamos complacientes con los que despreciamos / siempre que esto no provoque cambios". La cuestión es que la designación y la asunción de El Papa generaron una catarata que superó con creces a las del Iguazú. Amigos del hermano del tío de Jorge Mario; maestras del primo de Jorge Mario; escaleras que subió y bajó, volvió a subir y a bajar durante décadas; pedidos al diariero de la esquina para que no le lleve más el matutino (¿Clarín, La Nación, Página, Tiempo?, nadie le preguntó al canillita cuál leía Jorge Mario); cambios de nombres de calle para beneplácito del señor Filcar; vecinas octogenarias de Flores sentadas en la tradicional sillita de mimbre que soportan el micrófono acostumbradas como están a soportar los callos y dicen que sí, que jugaron al dinenti con Jorge Mario; colegas del antiguo subte A o del colectivo; anécdotas a destajo y para todos los gustos; hasta una supuesta noviecita del jovencito Jorge Mario a la que no se entendió demasiado bien ya que fraseó ante cámara un indescifrable "pero, ojo, que en esa época las simpatías no eran como ahora". Pero no conformes con toda la marabunta informática, hicieron un recorte preciso a sus necesidades con ciertas declaraciones. Por ejemplo, se solazaron en defenestrar a Hebe de Bonafini preguntándose cómo podía ser que la titular de Madres de Plaza de Mayo no supiera de la tarea pastoral de Jorge Mario. Claro, recortaron la primera frase de la carta pública a El Papa y escondieron, con sumo cuidado, el listado adjunto de sacerdotes detenidos, desparecidos, torturados o muertos durante la dictadura con el que seguía la carta. De este lado del espectro informático también hubo detalles sonrientes. En su programa matutino A cara lavada, Cynthia García entrevistó a Estela Carlotto, quien celebró la asunción de El Papa al mismo tiempo que destacó que Jorge Mario jamás se acercó a Abuelas ni respondió sus requisitorias. Finalizada la entrevista, al segundo y medio, el flash informativo de Nacional anunció que la titular de Abuelas celebró la decisión vaticana de nombrar a Bergoglio como Sumo Pontífice. De lo demás, ni mu. No es en vano repasar dos detalles –ad hoc– de dos libros recientemente aparecidos. En uno, El sentido de la lectura, de Ángela Pradelli, la autora señala el caso de Moisés, tartamudo, encomendado por Dios para ser el primer propalador de Su Palabra en los diez mandamientos, y el de Muhammad, analfabeto, en ser el primer lector del Corán. En otro, Construir al enemigo, Umberto Eco comenta su desasosiego ante la pregunta que le formulara un taxista paquistaní en Nueva York al enterarse de que su pasajero era italiano: "¿Quiénes son sus enemigos históricos?". Luego de un profundo análisis, y ya fuera del taxi, el semiólogo se contesta, sin perder el desasosiego, "nosotros mismos". Por eso, y aunque no parezca formar parte del tren cultural en que pretende viajar esta nota, viene a cuento lo formulado por Antonio Caponnetto (director de la revista nazi Cabildo) en el último editorial de su publicación bajo el título "Recen por mí. A propósito del Nuevo Pontificado" escrita porque "Dios primero y mi hogar después, son testigos de la cantidad innúmera de personas que me solicitan alguna opinión orientadora sobre lo que acaba de suceder en la Iglesia": "Haga lo que hiciere a partir de este momento el papa Francisco –y esperamos que todo lo santo y sabio sepa hacer– es imposible omitir o ignorar que el hombre que acaba de llegar a la silla petrina arrastra concretos, abultados y probadísimos antecedentes que lo sindican como un enemigo de la Tradición Católica, un propulsor obsesivo de la herejía judeocristiana, un perseguidor de la ortodoxia y un adherente activo a todas las formas de sincretismo, irenismo y pseudoecumenismo crecidas al calor de la llamada mentalidad posconciliar". No conforme, embiste con un destemplado "en el Libro del Apocalipsis, capítulo trece, se describe a dos fieras, del mar la una, de la tierra la otra, que a su turno, y desde ámbitos distintos aunque complementarios, coadyuvan al triunfo del Anticristo (…) Esta fiera terrena tiene mucha semejanza con el pastor insensato del que habla Zacarías, en que podría tratarse de ‘un gran impostor que aparece con la mansedumbre de un cordero’; en que no sería otra cosa, al fin, más que un falso profeta al servicio de la Bestia". Por eso, mejor cerrar con aquella Nacha en aquella noche de 1971 en la que todo estaba ahí nomás: "Seamos indulgentes con los indigentes, / por un solo día no hace daño. / Y agradezcan que no dura todo el año". 24/03/13 Miradas al Sur

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