domingo, 30 de junio de 2013

UNEN, ¿proyecto político o unión de rejuntados opositores? Todos contra uno Por Tali Goldman

Dicen tener coincidencias políticas pero al mismo tiempo vaticinan que la alianza no llega a fin de año. Punto en común: el odio al Gobierno. Algunas veces, los nombres elegidos para catalogar espacios políticos reflejan los valores y los principios con el que fueron concebidos. Otras, simplemente funcionan como estandartes vacíos de contenido, apelando al marketing electoral como única herramienta de atracción para sus votantes. Por caso, el nombre designado para el frente que comparten la UCR, Libres del Sur, Proyecto Sur, GEN, Partido Socialista y la Coalición Cívica en Capital Federal y que debutará en las PASO como único frente que efectivamente dirime sus internas con los electores, dice poco de lo que son en esencia: “Unen”. Apela, por supuesto, al concepto de unidad, y con ello la de proyección a través del tiempo y con miras al 2015. A priori aquí se suscitaría un primer problema. Tanto la UCR como el Frente Amplio Progresista (FAP) ya tienen sus propios candidatos presidenciales y, casi a modo de predicción, podría afirmarse que hay muchas chances de que la alianza tenga fecha de vencimiento. El primero en reconocerlo fue Pino Solanas: “El acuerdo apunta a la no dispersión de la oferta electoral del progresismo”. Y agregó, de manera contundente: “El acuerdo tiene únicamente fines electorales y se rompería después de octubre”. Pese a que generó un cimbronazo dentro del espacio, Pino se sinceró: “En cada elección aparece un nuevo frente y el más exitoso, que fue el del FAP, mire qué suerte corrió: está dividido en varios pedazos. No prometamos lo que no hemos discutido y las fuerzas que integran el espacio no hemos discutido más allá de esta elección”. Quien salió automáticamente a responderle fue Victoria Donda y dijo que no compartía el punto de vista de Solanas: “Hay que hacer hincapié en gobernar y que esto no sea sólo una participación testimonial”. Pino Solanas no sólo tuvo diferencias con sus nuevos aliados con los que comparte el ahora frente “Coalición Sur”, sino que su propio acercamiento con Elisa Carrió generó mella dentro de su espacio, lo que derivó en una ruptura. Tal fue el caso de doce de los quince comuneros de Proyecto Sur que decidieron abandonar el espacio porque sintieron, literalmente, que su referente los “traicionó”. Por caso, en el año 2009, mientras se conformaba el Acuerdo Cívico y Social entre la UCR, la Coalición Cívica y el Partido Socialista –del cual el cineasta no participó–, Solanas publicaba un libro titulado Causa Sur por la Editorial Planeta. En la página 212 se puede leer: “También les decimos a los compañeros de distinto signo que creen ver en el ARI una fuerza progresista, una fuerza de centroizquierda que hace gala de principios democráticos y nos habla de la ética como un contrato: ¿Cómo haces, hermano, para seguir viendo a esa fuerza como progresista cuando el líder de esa fuerza ha venido demostrando autoritarismo y discrecionalidad en su construcción política y termina postulando como candidato al Ministerio de Economía a un conspicuo exponente del liberalismo, el señor Prat Gay? Y lleva de candidata a senadora a la señora Estenssoro, que sigue reivindicando los ideales de su padre, el descuartizador de YPF, que se quedó con tres áreas de YPF en el Estrecho de Magallanes. Por haberlo denunciado, el señor Estenssoro intentó llevarme a la justicia con dos juicios, que se los ganamos. La señora Carrió, que se llena la boca con la ética, olvida que la primera de todas las éticas es la que defiende lo público, lo que es de todos; esa es la crítica suprema. La señora Carrió calla y silencia el saqueo petrolero y el saqueo de la minería donde, como ustedes saben, las corporaciones se llevan todo, no tienen la obligación de ingresar sus ventas al país, y encima el señor Kirchner las subvenciona con un 2% al 7% de las exportaciones. Este silencio, esta complicidad con el saqueo indigna. ¡Basta de resignación, compañeros!”. El “exponente del liberalismo”, como denomina Solanas en su libro a Prat Gay, es hoy el candidato a senador por el espacio “Juntos”, que comparte con Victoria Donda, que lo secunda, y con Ricardo Gil Lavedra candidato a diputado. En una entrevista televisiva, la referente de Libres del Sur criticó al gobierno nacional y argumentó que “no puede ser que uno de los sectores que más ganen en la economía argentina sean los bancos. El impuesto a las ganancias no favorece a los trabajadores y sí a los bancos”. Suena paradójico su comentario, teniendo en cuenta que su nuevo socio fue presidente del Banco Central y ex directivo del banco JP Morgan Chase, denunciado por el arrepentido Hernán Arbizu por presunto lavado de dinero y fuga de divisas de más de 400 empresas por unos 5.000 millones de dólares, nómina entre las que aparecen directivos y empresas del Grupo Clarín. Pero Donda insistió: “Alfonso no apoya al neoliberalismo y no está a favor de los sectores financieros”. Pero no sólo eso. Donda asumió el primer período de su banca en 2007 con una alianza con el Frente para la Victoria y rompió con el oficialismo luego de que Néstor Kirchner asumiera la conducción del Partido Justicialista, porque consideró que no estaba dispuesta a aliarse con partidos que respondan a viejas estructuras. Por caso, sonó coherente en sus argumentos cuando se conformó el FAP, cuyo eslogan era, justamente, que si bien incluían en su armado tanto a radicales como a peronistas, no incorporaban sus estructuras partidarias. Por eso, también generó un cimbronazo dentro del espacio que comanda Binner la alianza con la UCR de cara a estas elecciones. La consecuencia concreta en la ciudad fue la ruptura del FAP encabezada por Claudio Lozano, de Unidad Popular, quien armó un nuevo frente con la agrupación juvenil Marea Popular. Muy duro con sus otrora aliados, aseguró que “la única capacidad de esta nueva alianza es decir no”. Y si bien en estas elecciones legislativas la decisión de Binner fue que cada distrito armara sus propias alianzas y que para el 2015 volverían todos a confluir en un mismo espacio, el economista no fue muy alentador y dudó de la continuidad del FAP incluso para las presidenciales. La tercera lista que integra el espacio “Unen” denominada “Sumá +” está encabezado por Rodolfo Terragno como candidato a senador. El histórico dirigente radical y ex ministro del gobierno de Raúl Alfonsín reveló, después de mucho misterio y negociaciones, que su compañero aspirante a una banca en la Cámara baja es el ex ministro de Economía Martín Lousteau. Este economista fue el elegido por Cristina Fernández apenas asumió en 2007 su primer mandato. Pero luego, en 2008, fue el gran impulsor de la polémica resolución 125 para aumentar las retenciones móviles del campo, lo que llevó al momento más crítico del gobierno de la Presidenta. Las grandes corporaciones del sector agro, los medios monopólicos y algunos partidos de la oposición (incluida la UCR) llevaron adelante una furiosa campaña con tintes destituyentes que culminó en el famoso voto “no positivo” del otrora vicepresidente radical, Julio Cobos. Pero eso no importa a la hora de hacer alianzas. Lousteau sostuvo que con Terragno “comparte valores y la manera de ver la sociedad y la política”. Son trece las bancas que se renuevan en diputados y tres en senadores. El piso que se necesita para que los diputados ingresen en la Cámara baja oscila entre un ocho y un diez por ciento y se ingresa a través del sistema D’Hont. Para la Cámara alta, en cambio, rige el sistema de mayorías. Como en un juego de mesa, las cartas de “Unen” ya están sobre la mesa. Será cuestión de elegir qué número y el palo que más guste. Eso sí. Habrá que ver si en la práctica los cuarenta naipes se mantienen en un mismo mazo o, quién sabe, alguno se perderá en el camino.

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