viernes, 30 de agosto de 2013

SIRIA DICE QUE FUERON LOS INSURGENTES Y LA OTAN CULPA AL EJERCITO SIRIO, MIENTRAS LLEGAN LOS INSPECTORES Nadie se hace cargo del ataque con químicos

Opositores y partidarios de una intervención en el conflicto debatieron en el Consejo de Seguridad el proyecto de resolución presentado por Gran Bretaña para concretar un ataque militar contra el régimen sirio, sin llegar a un acuerdo. Siria presentó ayer ante el Consejo de Seguridad de la ONU pruebas de que fueron los insurgentes armados quienes usaron armas químicas la semana pasada en un ataque cerca de Damasco. Sin embargo, la OTAN responsabilizó al gobierno de Bashar al Assad por el ataque y advirtió que el mismo no podía quedar sin respuesta. Por otro lado, la misión de expertos de Naciones Unidas visitó las localidades de Zamalka y Ain Tarma para recoger muestras del supuesto ataque. Está previsto que la misión continúe en Siria hasta el próximo sábado, algo que reclamó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al señalar que necesitará todavía otros varios días en el país. Opositores y partidarios de una intervención en el conflicto debatieron en el Consejo de Seguridad el proyecto de resolución presentado por Gran Bretaña para concretar un ataque militar contra el régimen sirio, aunque no se llegó a un acuerdo. El gobierno sirio reiteró su firme disposición a defenderse de cualquier agresión, advirtiendo que su país se convertirá en el cementerio de los invasores y acusando a Estados Unidos y sus aliados de emplear argumentos falsos para justificar una intervención militar. “Hemos entregado a Naciones Unidas todas las pruebas y documentos que muestran que fue la oposición, no el Estado, la que utilizó armas químicas”, informó el vicecanciller sirio, Faisal Miqdad. Una misión de la ONU se encuentra actualmente en Siria –donde continuarán, en principio, hasta el sábado– para investigar varios casos de supuestos ataques químicos, de los que el gobierno y la oposición se acusan mutuamente. Los expertos visitaron ayer los suburbios de Zamalka y Yobar, en la periferia de la capital, para reunir testimonios y muestras del supuesto ataque, con el que las potencias occidentales buscan justificar una posible intervención armada. El equipo de la ONU, que estuvo el lunes pasado en la ciudad de Al Muadamiya y fue atacado por francotiradores, tuvo que posponer su nueva visita a la periferia de la capital después de que no pudiera hacerlo por razones de seguridad. Por su parte, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, condenó los ataques y acusó al gobierno sirio por no ofrecer acceso inmediato y seguro a los inspectores enviados por la ONU. “Información disponible de un amplio abanico de fuentes apunta al régimen sirio como responsable del uso de armas químicas en estos ataques”, dijo Rasmussen, sin esperar al resultado de la investigación que llevan a cabo los inspectores enviados por el organismo internacional. Para Rasmussen, el ataque constituye una clara violación de las normas y prácticas internacionales y, por ello, los responsables deben rendir cuentas. El gobierno de Estados Unidos tiene previsto hacer pública esta semana una parte de un informe de los servicios de inteligencia que apuntan a la responsabilidad del régimen sirio en el ataque. Según la revista Foreign Policy, los servicios de información estadounidenses escucharon, tras el ataque de la semana pasada, una conversación de un responsable del Ministerio de Defensa sirio con un jefe de la unidad de armas químicas en la que le pedía respuestas sobre un ataque con un agente neurotóxico que mató a más de mil personas. Ayer, los embajadores de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad se reunieron a puertas cerradas en la sede del organismo, en Nueva York, para debatir el proyecto de resolución presentado por el primer ministro británico, David Cameron. Según el gobierno británico, el proyecto de resolución autorizaba todas las medidas necesarias en virtud del capítulo VII de la Carta de la ONU para proteger a los civiles de las armas químicas en Siria. El capítulo VII prevé medidas coercitivas que pueden implicar desde sanciones hasta una operación militar. Sin embargo, no pudo adoptarse una resolución debido a las discrepancias existentes entre las grandes potencias, especialmente entre Rusia y los países occidentales. Rusia, aliada del régimen sirio con derecho de veto, ya bloqueó junto a China varias resoluciones sobre Siria y considera que el Consejo debe esperar el informe de los expertos de la ONU. “Un ataque provocará una desestabilización aún mayor de la situación en el país y la región”, afirmó el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguei Lavrov. Irán, otro de los aliados de Moscú en Medio Oriente, también advirtió que una intervención estadounidense sería un desastre para la región. De hecho, Israel autorizó un llamado limitado de reservistas y desplegó baterías antimisiles en su frontera norte con Siria. Por su parte, Turquía reforzó su nivel de vigilancia. El primer ministro sirio, Wael al Halqi, lanzó otra dura advertencia a Estados Unidos y sus aliados. “Siria va a ser el cementerio de los invasores, no se va a asustar por sus amenazas colonialistas y ninguna fuerza del mundo podrá vencerla”, subrayó. El jefe de gobierno aseguró que Siria saldría de la crisis fortalecida. “Los países que golpean los tambores de guerra contra Siria son los mismos que cometieron las masacres en Irak, Líbano y otras naciones”, agregó. En su opinión, el objetivo de toda esta ofensiva era distraer a los pueblos árabes con conflictos internos absurdos y desviar a Siria de la línea de la resistencia contra Israel. El gobierno sirio negó en reiteradas ocasiones el uso de armas químicas contra la población, si bien Estados Unidos y otros países aliados están convencidos de la responsabilidad de Damasco en ese caso y amenazaron con lanzar una intervención militar. Los posibles bombardeos se ejecutarían con misiles Tomahawk embarcados en buques situados en el mar Mediterráneo y con cazas que operen fuera del espacio aéreo sirio. ROMA NO APOYA UN ATAQUE A SIRIA SIN EL MANDATO DE NACIONES UNIDAS Italia se baja de la movida Resistiendo presiones de sus aliados, además de no enviar tropas y equipos a la zona del conflicto, tampoco permitirá el uso de seis bases militares que Estados Unidos tiene en el país para desplegar ataques en contra de Siria. Por Elena Llorente Desde Roma Pese a los deseos y decisiones de Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña, Italia no apoyará un ataque contra Siria si no existe una resolución de la ONU. Y esto significa, en pocas palabras, no sólo que no mandará sus fuerzas militares o colaborará con sus barcos o aviones sino que no permitirá –asegura la prensa– el uso de las bases militares estadounidenses en Italia, seis de ellas, las más importantes, repartidas en puntos estratégicos de la península. Y en caso de que hubiera alguna resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, la decisión estaría supeditada a un debate en el Parlamento. Al menos así lo han manifestado la canciller, Emma Bonino, y el ministro de Defensa, Mario Mauro. Ante las comisiones de Asuntos Exteriores de las dos cámaras del Parlamento, Bonino dijo específicamente esta semana que “sin el aval del Consejo de Seguridad no participaremos de operaciones militares” contra Siria. Aunque reconoció que existen indicios que refuerzan la hipótesis de que se ha hecho uso de armas químicas, en particular de gas sarín, la canciller se dijo convencida de que “no existe una solución militar sino política para el conflicto en Siria” y se llama, dijo, “Ginebra 2”, es decir una negociación para buscar una solución a largo plazo para Siria y toda la región. “Entendemos las razones que empujan a algunos países a querer dar una advertencia severa –añadió– pero consideramos que por la extrema complejidad de la región y las posibles reacciones de otras potencias, sólo el Consejo de Seguridad debe asumir la responsabilidad de una intervención.” Además, explicó, porque a menudo “intervenciones limitadas luego se transforman en ilimitadas”. También el ministro Mauro se declaró a favor de una “solución política”. Hablando en un programa radial dijo además que “Italia no debe ser tímida con Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania” aunque al mismo tiempo está en “total sintonía” con el rol de los aliados. Y como para dejar tranquilos a sus aliados, el gobierno italiano emitió ayer un comunicado luego de una reunión de gabinete, expresando que Italia “reitera la más firme condena a la utilización de armas químicas contra la población siria”, que ese acto constituye un “crimen contra la humanidad” y es “inaceptable” y que los responsables “deberán ser juzgados por la Justicia internacional”. Pero al mismo tiempo confirma su apoyo a la tarea de los inspectores de la ONU encargados de las investigaciones sobre los gases usados y pide que su trabajo pueda proceder con “la máxima rapidez y libertad”. El gobierno italiano pone el dedo en la llaga apuntando a la respuesta que se espera de los inspectores de la ONU que están tratando de saber si se usaron realmente armas químicas y cuáles, en el ataque del 21 de agosto que presuntamente hicieron fuerzas del gobierno a una zona en las afueras de Damasco, aparentemente controlada por insurgentes y en el que, según ellos, murieron unas 1300 personas, muchos de ellos niños. Según el secretario de Estado, John Kerry, Estados Unidos está seguro de que el gobierno del presidente Bashar al Assad usó armas químicas. Pero, claro, que lo diga Estados Unidos no es necesariamente una garantía. Todo este asunto recuerda vivamente lo que ocurrió en 2003, durante el gobierno de George Bush, cuando Estados Unidos quería a toda costa invadir Irak para controlar la región y para ello intentó demostrar, en el Consejo de Seguridad, que Irak tenía “armas de destrucción masiva”, como serían por ejemplo los gases letales. Pero los inspectores de la ONU, que habían visitado varias veces Irak, se cansaron de repetir que no era verdad. Bush envió entonces a su secretario de Estado Colin Powell al Consejo de Seguridad con unas filmaciones hechas desde satélites y que, supuestamente, demostraban la existencia de las armas, pero que en realidad solo mostraban camiones que entraban y salían de galpones, tal vez depósitos de armas. No todos en la ONU le creyeron a Powell. Pero los aliados de siempre, EE.UU. y Gran Bretaña, a los que se le agregó España –en ese momento miembro del Consejo de Seguridad y gobernada por la derecha, el Partido Popular, con Aznar– se mostraron compactos y lanzaron el ataque, aun sin apoyo de la ONU. Powell, años después, reconoció públicamente que había mentido en aquella reunión del Consejo de Seguridad presionado por Bush. Por lo sucedido hasta ahora y por lo que asegura la prensa, el ataque contra Siria podría concretarse en los próximos días y ha sido interpretado como una advertencia indirecta de EE.UU. a Irán y su programa nuclear. China y Rusia no están de acuerdo. Tampoco lo está Alemania por ahora. La primera ministra, Angela Merkel, habla de una “solución política” aunque su ministro de Relaciones Exteriores, Guido Westerwelle, no descarta una reacción si se confirma el uso de armas químicas. Mientras tanto, cientos de personas siguen muriendo cada día en esta guerra fratricida y otros miles escapan a los países vecinos o atraviesan el Mediterráneo con familias y todo en busca de un poco de paz, como ocurre con decenas de ellos que han llegado a Italia en las últimas semanas. Ante este panorama desolador, difundido con fotos e imágenes televisivas en todo el mundo, el papa Francisco hizo un llamado a la comunidad internacional para que ayude a la “querida nación siria a encontrar una solución a una guerra que siembra destrucción y muerte”. En el angelus, la oración del mediodía, del domingo pasado en la plaza de San Pedro, Francisco dijo que seguía con “gran sufrimiento y preocupación” la situación en Siria. “El aumento de la violencia en una guerra entre hermanos, con el multiplicarse de masacres y actos atroces me empuja una vez más a levantar la voz para que se detenga el ruido de las armas. No es el enfrentamiento el que ofrece perspectivas de esperanza para resolver los problemas sino la capacidad de encuentro y de diálogo”, dijo el Papa. No se descarta que Siria sea uno de los temas que el Papa trate con el rey de Jordania, Abdalá Ibn Husaym, a quien insólitamente recibirá hoy jueves en el Vaticano. La postura de Moscú Rusia manifestó que llevar al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para legitimar una intervención militar en Siria es prematuro sin contar antes con el informe de expertos sobre el ataque con armas químicas denunciado por la oposición siria. “Discutir acerca de cualquier reacción del Consejo de Seguridad antes de que los expertos de la ONU que trabajan en Siria presenten su informe es un poco prematuro”, dijo a Interfax el viceprimer ministro primero de Asuntos Exteriores ruso, Vladimir Titov. Poco antes, el jefe del comité de Asuntos Internacionales de la Duma o Cámara de Diputados rusa, Alexei Pushkov, denunció que el proyecto de resolución presentado por el Reino Unido al Consejo de Seguridad es una maniobra táctica para luego justificar un ataque unilateral contra el régimen de Al Assad. El diputado, del oficialista partido Rusia Unida, aseguró que la propuesta de Londres persigue justificar la operación militar sin mandato de la ONU con el argumento de que incluso a última hora se intentó convencer al Consejo de Seguridad. 29/08/13 Página|12

2 comentarios:

  1. El problema en Siria es muy complejo , hay muchos intereses en juego, pero de cualquier manera de lo que estoy absolutamente segura es que los Estados Unidos siguen queriendo aplastar e invadir cualquier región del mundo en aras de una supuesta pacificación y con intereses desfigurados como siempre. De eso tenemos bastantes muestras a lo largo de toda su actuación armamentista, antidemocrática, invasora y en contra de todos los principios de respeto hacia cualquier país del mundo

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    1. Muchas gracias por tu opinión y acuerdo con ella....el Imperio es voraz sanguinolento no se detiene su adn es así

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