jueves, 29 de mayo de 2014

ECONOMIA El acuerdo en París bien valió el desvelo

 Por Tomás Lukin
Argentina y el Club de París alcanzaron esta madrugada un acuerdo para regularizar la deuda en default arrastrada con esos países. Luego de una prolongada reunión en la capital de Francia que se extendió durante más de diecisiete horas, los miembros del foro de acreedores y el equipo económico se pusieron de acuerdo en el mecanismo de pago. Como anticipó Página/12, la deuda se cancelará a lo largo de los próximos cinco años y contempla un desembolso inicial en efectivo por 1150 millones de dólares: un pago inicial en concepto de capital de 650 millones de dólares se realizará en julio de 2014 y los restantes 500 millones de dólares se entregarán en mayo de 2015. Como solicitó Argentina, el FMI no participará de la operatoria. El acuerdo estableció un pago mínimo que deberá afrontar Argentina por año y fijó un criterio de pagos adicionales en caso de incremento de las inversiones provenientes de los países miembros del Club. Si durante el plazo de cinco años, las inversiones adicionales fueran insuficientes para cubrir la deuda total, el país puede posponer los vencimientos hasta dos años.
“Con el acuerdo alcanzado Argentina cierra un capítulo más de la triste historia del sobreendeudamiento que condujo al default. El esquema de pagos acordado reduce sensiblemente el costo financiero de esta deuda impaga, que actualmente acumula intereses y punitorios a una tasa promedio cercana al 7 por ciento. El acuerdo asumido garantiza la sustentabilidad de los pagos de los compromisos financieros como un todo, es compatible con el perfil de vencimientos que tiene el país en el futuro y no implica condicionalidad alguna para llevar adelante sus políticas económicas.El acuerdo constituye un paso importante para promover la inversión en Argentina”, afirmó el ministro Kicillof a través de un comunicado.
La conducción del foro estuvo a cargo del director general del Tesoro francés, Ramón Fernández, pero también participaron del convite representantes de todos los acreedores, ya que las soluciones deben alcanzarse por consenso. El Club de París está compuesto por 19 países, pero los pasivos impagos de la Argentina corresponden a 15 miembros más Israel, que es miembro adherente del grupo. Alemania y Japón concentran el 60 por ciento de la deuda total. Sigue Holanda, Italia y Estados Unidos, con acreencias que no superan el 8 por ciento del total cada uno. El resto son pasivos más pequeños.
Pasar a un cuarto intermedio y retomar las conversaciones sin alcanzar el principio de acuerdo habría frustrado los avances logrados en la jornada. Por eso, los funcionarios argentinos buscaron sostener abierto el diálogo hasta lograr el consenso de todos los miembros. Desde el equipo económico consideran que el acuerdo propuesto por Argentina es favorable, ya que promueve inversiones productivas en el país a cambio de la cancelación del pasivo en cuotas. Dependiendo del mecanismo de pago que se establezca, por ejemplo si contempla la entrega de bonos, el Gobierno deberá enviar al Congreso un proyecto de ley que permita instrumentar la operación.
Concretar la salida del default con el grupo de acreedores soberanos forma parte del proceso de regularización de pasivos encarado por Argentina después de la crisis de 2002. No es el primer intento. A lo largo de los últimos años se registraron diferentes tentativas que fueron abortadas: en septiembre de 2008, CFK anunció que se cancelaría en un pago con reservas del Banco Central por 6706 millones de dólares. A los pocos días del anuncio cayó el banco Lehman Brothers y se desató una grave crisis internacional. Frente al estallido, primó la precaución y se dejó el pago en suspenso. Los intentos de 2010 y 2011 tampoco prosperaron.
Cerrar un acuerdo relajaría las condiciones para acceder al crédito externo. El equipo económico considera que los requerimientos de divisas están cubiertos este año. Por eso, advierte que el objetivo no es allanar el camino para una inminente emisión de deuda externa en el mercado internacional. No obstante, en el corto plazo destrabaría restricciones financieras para los flujos de Inversión Extranjera Directa.
Los funcionarios arribaron el martes por la noche a París y todavía no tienen fecha de regreso. Como sucedió en la visita previa de febrero, Kicillof y el secretario de Finanzas, Pablo López, contaron con la asistencia del embajador ante la Unión Europea, Hernán Lorenzino, y el coordinador de la Unidad de Reestructuración de Deuda, Adrián Cosentino. “Vamos a ser implacables en que el acuerdo sea sustentable y no condicione el crecimiento económico con inclusión”, enfatizó Kicillof en febrero, cuando regresó de su primer viaje a Francia. Una parte del moderno edificio del Ministerio de Economía francés se introduce sobre el Sena y las instalaciones cuentan con un embarcadero que permiten a los funcionarios galos trasladarse en lancha hacia otras dependencias gubernamentales, aunque el equipo económico se trasladó por las calles de París.
Alrededor de la mitad de los compromisos impagos son previos a 1983, fundamentalmente tomados durante la última dictadura militar. El 9 por ciento de la deuda corresponde al gobierno de Raúl Alfonsín, mientras que el 42 por ciento restante se asumió durante los mandatos de Carlos Menem y Fernando de la Rúa. Sin contar el principio de acuerdo alcanzado ayer, Argentina ya realizó siete renegociaciones. La primera fue en 1956, durante el gobierno de facto de Aramburu, y marcó el nacimiento del Club de París. El resto de los acuerdos se alcanzaron en 1965 (Illia), 1985 y 1987 (Alfonsín) y las restantes en 1989, 1991 y 1992 (Menem). La larga historia con el Club escribirá hoy un nuevo capítulo.

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