domingo, 20 de julio de 2014

Por Hernan Dearriba Entre chinos y rusos


La Argentina, ese país aislado del mundo, recibió en menos de diez días al presidente de Rusia, Vladimir Putin, y a su par chino, Xi Jinping, y participó de la primera cumbre entre mandatarios de los BRICS y el bloque regional de la Unasur.
A esta altura, la cantilena del aislamiento debería estar completamente superada. Sin embargo, es un argumento con el que todavía se sienten cómodos algunos sectores, tal vez porque no consideran que China o Rusia formen parte de "su" mundo. Este país ya no es lo que solía ser. Hay una manifiesta añoranza a aquellos años de las relaciones carnales en los que éramos el alumno más aplicado de las políticas que se dictaban en Washington.
Para no ir muy lejos, el economista mendocino Claudio Loser –ex director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional en la compleja segunda mitad de la década de los 90– reconoció que la última solicitada que publicaron en algunos medios argentinos los lobistas de la American Task Force Argentina (ATFA) tiene la impronta de su autoría intelectual.
Los rumores consignan que los letrados de los buitres podrían respaldar el planteo argentino para que el magistrado reponga la medida cautelar que permita cobrar a los bonistas que aceptaron el canje.

En el texto, los representantes de los fondos buitre advirtieron que si la Argentina no hace frente a la sentencia del juez Thomas Griesa, corre riesgos de quedar aislada del mundo. A esta altura se hace difícil seguir el razonamiento: ¿El país está aislado ahora o va a estar así en el caso de no pagar a los buitres?
Los mismos lobistas que intentan –hasta ahora con poco éxito- torcer la opinión mayoritaria de los argentinos sobre los buitres recurrieron a un artículo del economista republicano Bernard Weinstein (casualmente financiado por el NML Elliot), quien pronosticó que en caso de no pagar, las inversiones previstas por empresas internacionales en el yacimiento de Vaca Muerta no se concretarán.
Los argumentos que utilizan esos grupos de presión son tan endebles que la realidad los destruye en apenas horas.  ¿Cuántas veces van a anunciar la llegada del lobo?
La comitiva que acompañó al presidente chino llevó adelante una intensa rueda de negocios, que se suman a las inversiones previstas en los acuerdos firmados por ambos países, por más de 7000 millones de dólares. O los chinos se han vuelto locos, o el abismo no está a la vuelta de la esquina.   
El acuerdo incluyó una renovación del crédito "swap" por 11 mil millones de dólares. Se trata de un crédito puente del que podrá disponer el Banco Central de la República Argentina para hacer frente a movimientos especulativos o mejorar la balanza comercial con China que el año pasado fue ampliamente deficitaria para el país. 
Ese instrumento financiero está ampliamente arraigado en el mundo y los bancos centrales de países considerados "serios" lo suscriben habitualmente. Incluso los BRICS anunciaron en su cumbre de la semana pasada en Fortaleza la creación de un fondo contingente por 100 mil millones de dólares para asistir a sus miembros frente a movidas especulativas del tipo de cambio. 
Sin embargo, para economistas referentes del masismo como Carlos Melconián, el acuerdo financiero con China es "una absoluta fantasía", una nueva versión de un cuento chino. Su colega Aldo Pignanelli postuló en sintonía que, como el acuerdo es en yuanes, no tiene trascendencia porque la moneda china no tiene peso en los mercados internacionales. 
La economía argentina atraviesa por una nueva fase de su cíclica restricción externa, que implica una carencia de divisas para desarrollar su proceso de sustitución de importaciones. Si el problema es de financiamiento externo, cuando se abre una ventanilla hay que celebrarlo. 
Mientras los chinos deciden invertir en un país sin destino, la atención estará esta semana puesta en el martes, para cuando el juez Griesa llamó a una reunion en su juzgado neoyorkino a banqueros y abogados de las partes para ver cómo desarma esa maraña legal que construyó a partir de un fallo incumplible. 
Los rumores consignan que los letrados de los buitres podrían respaldar el planteo argentino para que el magistrado reponga la medida cautelar que permita cobrar a los bonistas que aceptaron el canje. Ese paraguas permitiría avanzar en la negociación que pilotea a 6000 dólares la hora el "Special Master" Daniel Pollack.
La disputa con los buitres fue la única cuestión que sobrevivió a los 30 días de fiebre mundialista. Cerrado el capítulo de la Selección, lentamente la política recupera su protagonismo en la agenda y los primeros escarceos de cara a las primarias empiezan a ganar terreno. 
Mauricio Macri acumuló una importante cantidad de buenas noticias esta semana, aunque es difícil decir cuál fue la mejor. La Cámara de Apelaciones lo dejó por ahora al margen del juicio oral en la causa de las escuchas ilegales, aunque sigue procesado. Tuvo mejor suerte que el vicepresidente Amado Boudou, quien apareció una vez más cuestionado por la justicia, en este caso por la presunta inscripción irregular de un auto de su propiedad. 
En el caso de Macri, según el fallo de la Cámara, el gobierno porteño estaría plagado de obsecuentes que espiaban al ex cuñado del jefe de Gobierno sin que el mismísimo líder del PRO lo supiera. Es, cuanto menos extraño.
Después de años de críticas, finalmente Franco Macri pronosticó que su hijo será presidente. Hasta ahí todo bien para el jefe del PRO. El problema es que vaticinó que los principales colaboradores de su hijo serán los integrantes de La Campora porque Mauricio construirá un país para todos. Es cierto que la política es el arte de lo imposible, pero esa alquimia que imagina Franco Macri parece algo más que imposible. 
Mientras transita ese camino, entre beneficios judiciales y elogios paternos, el jefe del PRO estudia todas las variantes posibles de cara a 2015. Tiene en la mira al radicalismo como socio necesario y hasta estudia posibles cambios en la ley electoral de la Ciudad para mejorar sus chances. 
Macri no encontró críticas a los acuerdos de la Casa Rosada con el estado y empresarios chinos. Por el contrario, hubo foto, llaves de la Ciudad y camiseta de Boca para Jinping. No sorprende, Franco Macri hace años que representa los intereses chinos en la región y allí también coincidieron padre e hijo.
La oposición aparece más apurada por definir sus internas. El del Frente Unen es el caso más claro. Los socialistas no ahorran esfuerzos en ventilar sus diferencias. Mientras Hermes Binner intenta construir una proto fórmula presidencial junto a Margarita Stolbizer, Rubén Giustiniani le cuestiona su conducción verticalista del socialismo santafesino.
Mientras unos y otras hacen su juego, la Argentina protagonizó la triste ceremonia en recuerdo de las víctimas del atentado a la AMIA. Veinte años de impunidad en los que la justicia no sólo no supo ofrecer la reparación de la verdad, sino que hasta en algunos casos es juzgada por el delito de encubrimiento.
Como nunca antes las diferencias entre los mismos deudos y puertas adentro de las entidades de la comunidad judía se plasmaron en la concreción de actos separados, con pedidos de renuncia para el fiscal Alberto Nisman unos y con críticas para el gobierno nacional otros. 
Dos décadas son demasiados años para convivir con el horror, especialmente para una democracia que lucha todos los días en su intento por reparar las consecuencias del terrorismo de Estado.

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