viernes, 29 de agosto de 2014

a tontas y a ciegas

El que hace este ruido
en el final de la cadencia,
merece una fusilación.
¿Que vértigo le arrancó la cara
en estos parajes? Un árbol
tiende su sombra
sobre raspaduras del digo.
Diluvian penas muertas
al instante después de cantar.
Cambalachean ángeles en
los espectáculos del odio.
No compres pan en estas tiendas,
oh cansino revire
del alma que se mira. Perezca
la paz silenciosa del cisne.
Se quema todo, menos
la verdad libre de si misma
en cada miedo, dios.

JUAN GELMAN

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