viernes, 22 de mayo de 2015

Moreno, Saavedra y la violencia

Mariano Moreno chocó con las milicias en sus intenciones de formar un ejército nacional.
Mariano Moreno chocó con las milicias en sus intenciones de formar un ejército nacional.

Harari enfatiza en que la dirigencia a cargo de la Revolución de Mayo no vaciló en usar la violencia o el terror cuando era necesario. Ilustra con una carta de Mariano Moreno a Feliciano Chiclana donde se queja de que la expedición que captura al virrey Santiago de Liniers y otros seguidores no fueron "arcabuceados" (fusilados) "en el lugar donde se los pillare", como rezaban las instrucciones. "Pillaron nuestros hombres a los malvados, pero respetaron sus galones y cagándose en las estrechísimas órdenes de la Junta nos los remiten presos a esta ciudad... veo vacilante nuestra fortuna por este solo hecho". La Junta envía entonces a Juan José Castelli, quien cumple el cometido. Otro decreto de la Junta, inspirado por Moreno, señala que quienes tuviesen armas en favor del rey "serán castigados con todo género de penas sin exceptuar el último suplicio".
-Usted le dedica mucho tiempo a la figura de Mariano Moreno.
-Sí, Moreno es uno de los grandes pensadores de cómo armar un Estado revolucionario. No tiene una raigambre popular, porque él lo que quiere es disolver las formaciones milicianas, formar un ejército nacional disciplinado y concentrarse en combatir la contrarrevolución. Las milicias, integradas por gente de clases explotadas (artesanos, jornaleros), no quieren unirse a este ejército profesional de línea porque no quieren perder las prerrogativas de su vida civil, ni recibir un sueldo menor, porque el sueldo de la milicia les permite mantener su trabajo habitual. Además el miliciano no quiere irse de Buenos Aires a las provincias a combatir, por la misma razón. Moreno tiene una oposición popular fuerte, como en el levantamiento popular muy grande del 5 y 6 de abril de 1811, que si bien Moreno ya no está, es contra los morenistas, en apoyo a gente de Cornelio Saavedra, que se llama "La revolución de los orilleros".
-Lo que marca también son fuertes "internas" y diferencias entre los dirigentes de la Revolución que son más que asuntos personales...
-Bueno, están los "morenistas" que buscan la concentración de funciones del Estado nacional, la guerra a ultranza y la concentración del poder en Buenos Aires. Saavedra era más conciliador con las provincias. Y tenía una estrategia de concentrar menos los recursos en la guerra en el Norte para destinarlos a proyectos relacionados con el crecimiento económico de la provincia de Buenos Aires.
-¿Cómo se resuelve ese conflicto?
-De manera poco clara si se quiere. En algún momento parece imponerse la idea de Moreno, porque en la década del 10, con avances y retrocesos, se impone la guerra a ultranza, con lo que se pueda, pero en los 20, con la quiebra del Estado, la dirigencia revolucionaria y la burguesía se dan cuenta de que es muy difícil lanzarse a la conquista de un espacio muy grande, para lo cual hay recursos limitados y decide concentrarse en la política de Buenos Aires. Pero en 1825 vuelven a la conquista del espacio nacional, que se termina en 1828 con el fin de la guerra con Brasil y el surgimiento del rosismo. Rosas va a condensar esa idea de Saavedra de concentrarse más bien en el desarrollo del capitalismo agrario antes que lanzarse a crear un Estado nacional sin recursos.


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