domingo, 21 de junio de 2015

Conurbano Por Alí Mustafá

En los cuentos ingleses del medioevo los límites de los dominios feudales llegaban hasta el comienzo de los bosques. El bosque era concebido como el lugar habitado por criaturas extrañas, animales feroces, ogros y monstruos pero también por personajes amigables como las hadas y los duendes. Por eso se tejían relatos alrededor de lo que sucedía dentro del bosque, impenetrable por su frondosidad, pantanos y niebla.

La lógica del bosque como lugar peligroso, que inspiró e inspira a tantos escritores y productores cinematográficos de ayer y de hoy, se puede trasladar a la mirada que se tiene de los conurbanos de las grandes ciudades. En el imaginario de muchos, el conurbano pasa a ser ese bosque, donde llevar adelante la gestión política es un desafío difícil de enfrentar. Solo aquellos que nacieron, se criaron y aún viven en "el bosque" son capaces de hacerlo.

Los conurbanos como el de Buenos Aires, Rosario, Mar del Plata o Bariloche son el resultado de un proceso que comienza cuando estas grandes ciudades son la oportunidad para satisfacer las necesidades de desarrollo económico y social de muchos otros argentinos atraídos por sus características industriales, turísticas o productivas.

Estos migrantes, transformaron a los conurbanos en los lugares del país federal y cuando las oportunidades que ofrecían y ofrecen exceden las fronteras del Estado Nación también se convierten en espacios representativos de la Patria Grande. Los asentamientos humanos en estos territorios son la forma más genérica de conceptualización de la ocupación poblacional del espacio físico.

En el conurbano bonaerense o Gran Buenos Aires, el más grande del país y tercero en América Latina después del de San Pablo y del DF México, conviven cerca de 10 millones de habitantes divididos territorialmente por 24 municipios que tienen características diferentes marcadas por los distintos momentos históricos. La industrialización argentina de la década del cuarenta y cincuenta del siglo pasado fue un polo de atracción y movilidad social ascendente de las grandes masas. La desindustrialización de los '70 y '80 sumado a los ajustes neoliberales de los '90 los precarizó y empobreció hasta invisibilizarlos. Resultado de todos estos males son las dificultades que se encuentran hoy en el sistema de salud estatal para atender la demanda de tantos ciudadanos, o los problemas y déficits que la infraestructura educativa ofrece. También, y no menos importante, es la incapacidad de abordar integralmente un sistema de seguridad del que participen todas las fuerzas sociales, políticas y policiales de los municipios. La mayor presencia de las fuerzas de seguridad (policías, prefectura y gendarmería) en las calles es un paliativo y no garantiza la solución al problema de base. Nada es sencillo en el Conurbano. Todas las políticas que se desarrollen en esta región deberían abordar la complejidad socio estructural que se plantea.

Vemos que el gobierno nacional, en el proceso de modernización infraestructural, inició hace un tiempo el ensanchamiento de la avenida General Paz, límite entre la Ciudad más rica de la Argentina con la provincia más rica. En este derrotero también mejoró la accesibilidad del transporte ampliando sus puentes y vías de comunicación.

También, en cuanto a las políticas inclusivas, por ejemplo en los municipios de Avellaneda, General San Martín, La Matanza, Lanús, Lomas de Zamora, Morón, San Isidro, Tres de Febrero y Vicente Lopez, por tomar tal vez los más representativos de la Primera y Tercera Sección Electoral, se entregaron desde 2003 a 2014 en apoyo a las distintas políticas sociales de las administraciones locales casi 150 mil pensiones, experimentando un crecimiento de estas del 600% en Lomas de Zamora y del 460% en La Matanza, y un 93% y 116% en Vicente López y San Isidro respectivamente.

En todos estos municipios, que representan casi 5 millones de habitantes y para mencionar algunas de las intervenciones del Estado Nacional, se entregaron 25.643 microcréditos y se desarrollaron programas como el conocido "Argentina Trabaja" y "Ellas Hacen" que llega a 54.951 personas el primero y 14.637 el segundo. Por otra parte, con el programa conectar igualdad, se cubrió las necesidades del sistema educativo estatal que hoy registra 734.313 alumnos.

No todo es asistencialismo. El Conurbano Bonaerense "ofrece" sus basureros donde la Ciudad vuelca anualmente cerca de 6 millones de toneladas residuos. También, provee de mano de obra a la ciudad de Buenos Aires. Todos los días se movilizan cientos de miles de bonaerenses a la ciudad de Buenos Aires donde además de trabajar consumen y ese consumo significa un incremento en el ingreso fiscal de la Ciudad. Ese consumo justifica en gran medida el uso de los servicios públicos de la ciudad como por ejemplo su sistema de salud y de educación. Es reprochable el desconocimiento de esta realidad que hacen las autoridades del gobierno de la CABA y los medios hegemónicos cuando denuncian que los habitantes del conurbano utilizan sus hospitales y sus escuelas.

Los diferentes puntos de acceso del conurbano a la CABA hace difícil establecer la cantidad de personas que cruzan la avenida y el Riachuelo diariamente. Para tener certezas las ciudades utilizan una Encuesta de Movilidad Domiciliaria realizada por la Secretaría de Transporte del Gobierno Nacional (Movilidad en el Área Metropolitana de Buenos Aires). La encuesta hecha entre 2009 y 2010 arroja la siguiente cifra: la cantidad de personas a lo largo del día que ingresa a la Ciudad de Buenos Aires es de 1.189.213 personas, representando un 11.8% de la población del conurbano, el 75% de éstas utilizan algún modo de transporte público. En cambio solo 184.574 personas residentes de Capital Federal se trasladan al conurbano, representando el 6% de la población de la ciudad, de las cuales alrededor del 50% lo hacen en transporte público. Como resulta evidente, considerando que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un tercio de la población que el conurbano (2 millones 890 mil habitantes), la incidencia sobre la ciudad es mucho mayor.

Por la relación de amistad manifiesta que tienen el Gobernador Daniel Scioli y el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri se creyó que se podían llegar a abordar políticas comunes al Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), pero lamentablemente esto no prosperó de acuerdo a las expectativas que se tenían. Para las autoridades porteñas, el otro lado del límite que significa la avenida General Paz y el Riachuelo, dibuja una franja densamente poblada que llega hasta la Ruta Provincial 6, sigue estando habitado por criaturas extrañas y ogros o bandidos que, como Robin Hood, llegan a la gran ciudad para usufructuar sus bienes y en el peor de los casos, saquearlos.

Los próximos gobiernos provincial y de la CABA deberán tener en cuenta políticas integrales, políticas de frontera. Solo aquellos dirigentes que entiendan que la solución a los problemas de un lado y del otro se resuelven en conjunto lograran el éxito. Para eso deberá prevalecer el interés común por sobre las ambiciones y especulaciones personales. 

iNFO|news

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