sábado, 28 de mayo de 2016

satanás

"La muerte vino del cielo."
dijo el presidente del algodonal.
No pidió perdón, ni lloró lágrimas de
sal y vinagre.
Las de sus antepasados.
Hiroshima floreció haikus
origamis y niñas flores.
Y él hizo la mueca del verdugo
tras la máscara negra.
Fue, vio y venció, el cielo
se avergonzó.
Cenizas sobrevuelan las camas por
las noches, odres de brasas, relámpagos
furibundos, magos jugando a la desnudez
en el volcán.
Y O. desde su imperio augusto, adolfiano,
blanco sur confederado latiguea la memoria
de los samurai enmudeciendo el sol.
Una vez mas.
GB

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