domingo, 31 de diciembre de 2017

LA TRAMA SECRETA 28 diciembre, 2017 0 Panorama político, Por Horacio Verbitsky El ministerio de Inseguridad dobla la apuesta

La ministra de Seguridad Patricia Bullrich anunció la creación de un comando conjunto con las provincias de Río Negro, Chubut y Neuquén para combatir a la evanescente entidad que el gobierno denomina RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) y de cuya mera existencia no hay pruebas convincentes. El largo informe difundido ayer menciona 96 causas judiciales de características y autores distintos.
Bullrich señala que se trata de un “movimiento etnonacionalista violento que desde hace ocho años opera en territorio argentino”, cuyos activistas “cometen delitos contra la propiedad, contra la seguridad pública, contra el orden público y contra las personas”, con el propósito de “promover una lucha insurreccional contra el Estado argentino y la propiedad privada de la tierra”. Las distintas organizaciones mapuche que repudian las acciones violentas, denuncian al mismo tiempo que empresas privadas, como las de Luciano Benetton y John Lewis, ocupan territorios que la Constitución nacional reconoce como propiedad comunitaria de los pueblos indígenas argentinos, de preexistencia étnica y cultural. Según el artículo 75, inciso 17, el Congreso debe “reconocer la personería jurídica de sus comunidades, y la posesión y propiedad comunitarias de las tierras que tradicionalmente ocupan; y regular la entrega de otras aptas y suficientes para el desarrollo humano; ninguna de ellas será enajenable, transmisible, ni susceptible de gravámenes o embargos. Asegurar su participación en la gestión referida a sus recursos naturales y a los demás intereses que los afectan. Las provincias pueden ejercer concurrentemente estas atribuciones”. En el acuerdo anunciado ayer el Congreso es cuidadosamente soslayado. Para el gobierno argentino, la RAM es una réplica de una análoga organización chilena (la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco Malleco, CAM), o Coordinadora Arauco Malleco, y ambas desconocen “la legitimidad de la frontera internacional argentino–chilena”. Usando la analogía que el derecho penal veda, Bullrich dice que la justicia chilena caracteriza la CAM como terrorista y extiende ese mote a la presunta filial argentina. Sin temor al ridículo, el informe muestra las “armas utilizadas” por el enemigo así creado: un par de carabinas, botellas presuntamente usadas para causar incendios en pozos petroleros, una pistola, un revólver, balas de fusil Mauser de 1907, destornilladores, cuchillos, un machete, serruchos oxidados, una hoz y varios martillos, un rollo de alambre, un taladro, una motosierra, dos teléfonos celulares de los ’90, pintadas en paredes, reclamos por la libertad del líder detenido Facundo Jones Huala, un libro de la Biblioteca del Círculo Militar de 1987, panfletos sobre “Dos mundos opuestos: Mapuche vs Capitalismo”, un afiche que llama usurpador a Benetton, presuntos comunicados reivindicando “actos de resistencia” y numerosas fotografías de los mapuche perseguidos por la Gendarmeria el 1º de agosto, en el operativo ilegal que le costó la vida a Santiago Maldonado. También incluye un ingenuo “Informativo para la Defensa, Resistencia y Recuperación”, para crear una “situación de alarma” que atraiga al periodismo. Recomienda ocultarse detrás de la sombra de árboles y edificios.



Las conclusiones son que “nos encontramos frente a un grupo de individuos organizados que recurre a la violencia extrema para alcanzar sus objetivos. Podemos además afirmar que los hechos descriptos anteriormente no son hechos aislados sino forman parte de una organización de carácter ilícito que intenta solaparse en la reivindicación legítima de los pueblos originarios presentes en territorio argentino y reconocidos por la Ley 26.160. El presente informe representa el accionar conjunto entre el gobierno nacional y los gobiernos provinciales de Neuquén, Chubut y Rio Negro, quienes alertados por la escalada del conflicto en territorio chileno, buscan evitar llegar a la situación en la que se encuentra actualmente el país trasandino respecto a estos reclamos territoriales. Por ello, tanto la Justicia Federal en la zona de conflicto como la Justicia Provincial se encuentran trabajando actualmente en forma conjunta para avanzar en las investigaciones en curso, en estado avanzado. Y así, poder alcanzar una perspectiva penal acorde a la amenaza que representa este grupo violento para la sociedad afectando la seguridad, el comercio, las economías locales, el turismo y la libre circulación tanto de argentinos como de extranjeros que se encuentran en nuestro país”. Una coordinación similar planteó en Bariloche el jefe de gabinete de Bullrich, Pablo Noceti, quien dijo que se podía detener a cualquier persona acusada de pertenecer a esa supuesta organización sin orden judicial, porque todo lo que hacen constituye el delito de intimidación pública, que el artículo 213 bis del Código Penal castiga hasta con ocho años de prisión. El derecho penal del enemigo se ha asentado en la Patagonia, y desde allí avanza sobre el resto del país, ya que Bullrich sostiene que esa organización también tiene ramificaciones en la Capital Federal.

EL EXHIBICIONISMO DE LA FELICIDAD 28 diciembre, 2017 0 Sociedad, Por Juan Manuel Cincunegui


Llega navidad, el exhibicionismo de la felicidad, las sonrisas de los funcionarios, y las listas de sus regalos. Del otro lado de las pantallas, los viejos despojados de sus míseras pensiones apenas tienen para acabar el mes, los discapacitados temen por los remedios y tratamientos a los que no podrán acceder, los padres miran a sus hijos con la tristeza que el bestial recorte del presidente les regaló antes de marcharse a descansar a un lugar paradisíaco que La Nación, otra vez, se encarga de publicitar para encanto de las señoras y los señores que animan al presidente a matar “kukarachas” y “zurdos”, y la tristeza de quienes, a esta altura, ya han perdido la esperanza.
El título de este artículo se lo “birlé” a Rubén Amón, quien publicó la nota en el diario El País, con una bajada que dice “La tregua de la Navidad multiplica el estrés de la dicha y dilata los límites de la hipocresía”.
Después de leer el título y su bajada, dejé descansar la nota en su pantalla, abrí un documento en blanco y me puse a teclear lo que el título me había traído a la mente, que no es otra cosa que algo que llevo tiempo pensando acerca de la imagen publicitada del presidente, la cual en estos días ha pasado, del “estrés de la dicha” a hacer explotar los ya muy dilatados límites de su hipocresía.
Pero antes de continuar, quisiera recordar una definición memorable de Beatriz Sarlo a poco de comenzar su mandato el actual presidente: “Macri no tiene densidad moral” – decía. Y yo agrego: “Y en eso consiste justamente su éxito”. Como otros personajes de su calaña (pienso en Berlusconi o en Trump), lo que sostiene su liderazgo es el éxito económico y el desparpajo con el cual abusa de su poder y exhibe su desprecio.
Mientras en Argentina se desata una ola sin precedentes recientes de represión, ataques indiscriminados y detenciones arbitrarias a magistrados, legisladores y líderes sociales que no son afines al actual gobierno; al tiempo que el gobierno impulsa una política económica y social que se ensaña con los más pobres para devolver a los más ricos los despojos que el “populismo” le hurtó a las clases privilegiadas para mejorar (aunque sea mínimamente) las condiciones de vida de las mayorías, la prensa oficialista se encarga de transmitir lo que piensa el presidente de estas cosas:
“Al presidente de los argentinos, Mauricio Macri, le importa un carajo lo que les pasa a esos argentinos de a pie que en estas navidades vivirán con una mano en la garganta, ahogados por la angustia de la incertidumbre y la indignación que suscita la injusticia”.
El texto está escrito con un lenguaje cifrado, que las rotativas empapelan y los medios audiovisuales retransmiten en vivo y en directo con el comentario de contertulios y chimenteros encantados de participar en la alta política nacional con sus recursos para ensalzar a las divas y hacer tropezar a los famosos.
En las fotografías aparece Mauricio (el presidente) Juliana (su cónyuge) y Antonia (su hija) como protagonistas casuales de una publicidad escenificada en una Argentina de ensueños que les es enteramente indiferente. Ellos viven en su mundo, de espaldas al dolor, a los asesinatos, a las prisiones preventivas injustificadas, las detenciones ilegales, el astronómico reendeudamiento, el sufrimiento de los viejos, la pobreza inconcebible de los niños, el hambre de una población diezmada por la violencia y el espectáculo de una justicia corrupta al servicio de la persecución política.
Sabemos que el día de la represión salvaje frente al Congreso, en el cual durante nueve horas la Gendarmería tiroteó a los manifestantes que protestaban contra el recorte feroz a jubilados, niños y discapacitados para llenar las arcas de los ricos, Macri apagó la televisión para evitarse el disgusto de las imágenes.
Sabemos que su falta de autoridad moral la suplanta el presidente con el extremismo de la violencia institucional. Se regodea abiertamente con la mano dura de sus gendarmes y la obsecuencia enloquecida de su ministra de seguridad frente a las cámaras. No tiene reparos a la hora de estigmatizar de manera recurrente a sus oponentes políticos, animado por el coro mediático que le sigue la corriente, consciente, quizá, de que su colectiva complicidad con el gobierno los convertirá en responsables en el futuro próximo, cuando la historia finalmente dé su veredicto sobre el saqueo que justifica el republicanismo anti-K que con tanto empeño promueven.
Sabemos (gracias al cualificado periodismo de investigación que ejercita el diario La Nación cuando se trata de sacar los trapos sucios al gobierno) que Macri recibió 433 regalos estas navidades (todo un récord según citan, esta vez sí, sus fuentes), e incluso se nos informa con detallado esmero, en qué consistieron los presentes de su fotogénica compañera y su hija, sobreexplotada por el equipo de marketing del presidente, que la arrastra como premio frente a las cámaras para compensar la insensibilidad que transmite su figura.
Sabemos también que, mientras todavía resonaban los balazos de goma, los estruendos de los gases lacrimógenos, las pedradas y el repiquetear de las cacerolas de los indignados, el presidente de los argentinos se marchó al sur aduciendo que su presencia en Buenos Aires no tenía sentido, dejando en manos de Patricia Bullrich y sus inquisidores judiciales el trabajo sucio, y en manos de Marcos Peña y sus periodistas amigos, la tarea de propaganda.
Llega navidad, el exhibicionismo de la felicidad, las sonrisas de los funcionarios, y las listas de sus regalos. Del otro lado de las pantallas, los viejos despojados de sus míseras pensiones apenas tienen para acabar el mes, los discapacitados temen por los remedios y tratamientos a los que no podrán acceder, los padres miran a sus hijos con la tristeza que el bestial recorte del presidente les regaló antes de marcharse a descansar a un lugar paradisíaco que La Nación, otra vez, se encarga de publicitar para encanto de las señoras y los señores que animan al presidente a matar “kukarachas” y “zurdos”, y la tristeza de quienes, a esta altura, ya han perdido la esperanza.
No hay duda que el cuadro bosqueja numerosas formas de violencia que no justifican, pero explican, eso sí, por qué razón somos muchos los que tenemos ganas de tirarles cascotazos a los macristas y sus gendarmes. Y, parafraseando a Amón, autor del título de esta nota, concluyo diciendo que “el estrés de su dicha navideña (la del presidente y su gente), convertida en estas horas en portada de felicidad de un país hundido en la miseria, es un signo inequívoco de esa hipocresía sospechada y denunciada muchas veces por nosotros, que Macri y sus macristas expresan con especial esmero frente a las cámaras, endulzando su veneno para que nos mate suavemente”
TU VOZ, EL LUGAR DONDE OPINAN LOS LECTORES

SOBRE ARCÁNGELES Y MOSQUITOS 29 diciembre, 2017 0 Por Lucas Rubinich*

El fin de la ilusión republicana
El extraordinario ritual republicano de juicio y condena a las juntas militares de la dictadura que llevó adelante una represión perversa e ilegal, y la heroica lucha de madres de plaza de mayo que fue un elemento fundamental para su habilitación, generaron una sensibilidad contra la arbitrariedad y la violencia estatal que se extendió por amplísimas franjas de la población atravesando distintas identidades políticas y culturales. Es posible sostener, si se quiere atender más que a las reglas visibles y escritas, a los elementos profundos que construyen un algo en común en las sociedades, que el pacto democrático de fondo en nuestro país se sostiene en tanto se mantenga viva esa sensibilidad. En los últimos meses distintas formas del accionar gubernamental acompañado de movimientos mediáticos y judiciales, han cometido una serie de hechos que desgarran hilos fundamentales que conforman el tejido de esa sensibilidad, y entonces de ese pacto. Y a decir verdad, en principio, nos ha costado reconocer o, en todo caso, evaluar la situación, en su dramática gravedad.
Y nos cuesta reconocer, porque este podía ser el momento fundamental en el que se cumpliría el sueño de Torcuato Di Tella en el que un agrupamiento político de derecha (al que una especie de pudor políticamente correcto, hace que todos, incluso los analistas, lo nombren con el eufemismo de centro derecha), habiendo ganado elecciones legítimamente, tiene la oportunidad de comportarse como el mundo cultural antipopulista reclama que deben hacerlo los agrupamientos que llama populistas. Para decirlo rápidamente, algo así como un ideal de derecha republicana moderna que respetase los derechos de los ciudadanos. Y en el mundo cultural y académico, ese sueño, acompañado del temor que ese triunfo electoral descubra su inexistencia, sobrevuela con actitudes abiertas o pudores quietos por demasiados espacios y discursos implícitos.



Dice Oliverio Girondo “La costumbre nos teje, diariamente, una telaraña en las pupilas. Poco a poco nos aprisiona la sintaxis, el diccionario, y aunque los mosquitos vuelen tocando la corneta, carecemos del coraje de llamarlos arcángeles.” Y es verdad, los sentidos comunes, se construyen como conocimiento vulgar, y operan como un velo que se interpone entre nosotros y los hechos, pero en esa construcción no siempre interviene solo el hábito como una inercia tranquila. Ese sentido común se reafirma, se debilita, se atormenta, en el marco de relaciones sociales históricamente construidas.
Al fin y al cabo, además de analistas de lo social, somos bichos sociales que viven en este espacio y en este tiempo. Es por eso que resultan entendibles los gestos inconscientes de no desacomodar la ilusión republicana. Hay un esfuerzo por imaginar, sobre todo a los núcleos significativos de gente relativamente joven que ingresa a la política y proviene del mundo corporativo y del llamado tercer sector (con elementos bastante comunes con las analistas sociales de su generación), con voluntad de ejercer una práctica republicana El problema, es que más allá de la retórica, hay una poderosa cultura práctica que habilita acciones contradictorias con el ideal.
Es que si hay un fantasma que recorre el mundo amparado en transformaciones estructurales, es el fantasma del individualismo pragmático, cuya institución central son las corporaciones y su campo de juego: el mercado. En un mundo en el que cada vez más los estados nacionales están dentro del mercado y no al revés, las instituciones republicanas de esos estados, se presentan de manera creciente como obstáculos para el libre juego de los actores centrales de la economía. El ciudadano que se realiza si lo hace la ciudad, es reemplazado por el individuo pragmático que se realiza si gana, y que porta una cultura de ganadores y perdedores legada por el capital financiero, y que en el caso local conformaría un poderoso paquete antiinstitucional engarzado con la cultura de la patria contratista especialista en sortear formalidades.En esa cultura conviven la evasión de impuestos, negocios legales e ilegales, lavado de dinero, y relación superestructural con el narcotráfico. Es parte de un nuevo orden que se mueve en la débil escenografía de las viejas instituciones que han perdido la fuerza de la representación popular y pueden ser burladas cada vez con mayor facilidad.
Preguntarse en qué medida esa cultura con gran fuerza a nivel internacional y que cuenta con un actor con empatía para actualizarla, puede expresarse en la débil institucionalidad argentina es una buena pregunta, que no siempre está presente en la mochila del progresismo cultural. Designación de jueces por decreto, ministros con sus fondos en el exterior, intervención del ejecutivo para favorecer negocios de la familia, miradas disimuladas frente a la arbitrariedad del poder judicial, podían ser la vieja política, ahora actuada con eficiencia corporativa en pos de la decisión de imponer autoridad. La oscura y patética intervención de organismos de gobierno y medios, en la muerte de Maldonado y Nahuel en el marco de actuación de fuerzas de seguridad del estado, una ley de saqueo a los jubilados, conseguida a como sea, incluida la arbitraria represión de los manifestantes, agujerea brutalmente el elemento central para el mantenimiento de la ilusión republicana: el universalismo.
Y no hay universalismo en el individualismo pragmático que resulta de la cultura del capital financiero. No hay, más que como retórica hueca, ciudadano de la república liberal. Hay ganadores y perdedores. Al perdedor se lo puede ayudar desde el neopaternalismo filantrópico, pero también es posible humillarlo si se rebela. Y no está mal preguntarse si hay algo de eso en la justificación del saqueo a los jubilados, en la arbitrariedad de la violencia estatal, en la demonización de las piedras enemigas y a la vez en la reivindicación de la rubia que tira piedras contra el chavismo.
Invirtiendo la imagen de Girondo, diría que entendiblemente se quiso ver, no tanto arcángeles tocando las trompetas de la democracia, pero si al menos una derecha que, apostando por la redistribución regresiva del ingreso, lo hiciera en el marco de las reglas del juego y de las sensibilidades construidas en estos más de 30 años. Los hechos habilitan a preguntarse si no se trataba, más crudamente, de mosquitos pragmáticos, habituados a la lucha intercorporativa, y a reivindicar el triunfo de los mejores a como dé lugar.
* Sociólogo
29/12/17 P/12

ETCHECOLATZ Y HESS: UNA LECCIÓN MORAL 31 diciembre, 2017 0 Opinión, Por Atilio A. Boron

El 2017 termina en la Argentina con otra pésima noticia que se suma a otras conocidas en las últimas semanas: el Tribunal Oral Federal Nº 6 de la ciudad de Buenos Aires le concedió el genocida y torturador probado y confeso Miguel Osvaldo Etchecolatz, ex Director de Investigaciones de la Policía Bonaerense, el beneficio de la prisión domiciliaria a causa de su “delicado cuadro de salud”. El personaje de marras desempeñó aquel cargo entre marzo de 1976 y fines de 1977 y fue la mano derecha de otro asesino de triste memoria, el ex general Ramón Camps. En 1986 Etchecolatz (que actualmente tiene 88 años) fue sentenciado a 23 años de cárcel al ser hallado culpable de 91 casos de tortura. Después de la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final en 2003 fue condenado por delitos de lesa humanidad en un juicio que se sustanció en el 2006 y donde fue el único acusado. En esa oportunidad se lo condenó a prisión perpetua por seis homicidios. Fue en el juzgado de La Plata donde se ventilaba el caso que un testigo presencial de sus crímenes, al albañil Jorge Julio López, lo identificó como uno de los torturadores. En su declaración narró entre otras la siguiente escena: “La chica estaba casi a mi lado, en un camastro. Le habían tirado un baldazo con agua y Etchecolatz le pasaba picana…y ella le gritó: “Por favor no me mates, llevame presa de por vida pero dejame criar a mi beba”…y él le sonrió…y delante mío le pegó un balazo ahí mismo. Si la encuentran alguna vez, verán que la cabeza tiene dos agujeros, porque la bala entró por la nuca y le salió por el costado”. Conocida la sentencia, los fotógrafos advirtieron que el genocida había escrito el nombre de López en un pequeño papel, y también una orden: “secuestrar”. El mensaje fue a parar a manos cómplices y obedientes. Tres horas después, López desaparecía para siempre.
Teniendo a la vista estos antecedentes, ¿debería concedérsele a Etchecolatz el beneficio de la prisión domiciliaria? Desde el punto de vista ético, filosófico, la respuesta es terminante: no, de ninguna manera. Ni la edad ni una enfermedad deben atenuar la ejemplaridad de la pena que le fue impuesta por la comisión de delitos atroces y aberrantes. Pero, además, hay un antecedente internacional que merece ser tenido en cuenta: es el caso del ex jerarca nazi Rudolf Hess. Este había caído prisionero de los ingleses en una extraña misión que lo había llevado al Reino Unido, supuestamente con el objeto de pactar una tregua con Londres para que los ejércitos hitlerianos librasen una batalla en un solo frente, el oriental, y aplastar a la Unión Soviética que, sin duda, era una vieja aspiración de las potencias capitalistas. Al producirse el derrumbe del Tercer Reich Hess como tantos otros fue juzgado por el Tribunal de Nuremberg y condenado a cadena perpetua el 1º de octubre de 1946. Junto con otras prominentes figuras del régimen nazi fue enviado a la cárcel de Spandau, un enorme complejo carcelario construido por Bismarck en Berlín. El presidio fue diseñado para albergar a 500 prisioneros pero luego de los juicios de Nuremberg trasladaron a todos los presos y la cárcel se destinó exclusivamente a la reclusión de los condenados, custodiados por más de cien guardia cárceles y personal militar de Estados Unidos, Francia, Reino Unido y la Unión Soviética. Sólo 7 antiguos jerarcas nazis ocuparon sus celdas y en 1966, con la excarcelación de Albert Speer al cumplirse los veinte años de su condena, el único que permaneció en ese inmenso presidio, en confinamiento solitario y custodiado por un inmenso aparato fue Hess.


Desde los años ochenta algunos sectores neonazis europeos comenzaron a promover abiertamente una campaña para lograr la excarcelación de Hess, aduciendo su avanzada edad (más de 80 años) y sus problemas de salud. Pero tal como lo revelara el periódico británico The Guardian en su edición del 20 de Julio de este año, nada menos que desde 1957 Londres venía sigilosamente solicitando la excarcelación de Hess a las autoridades soviéticas. La reciente desclasificación de los Archivos Nacionales que se hizo efectiva al cumplirse 30 años de la muerte del lugarteniente de Hitler permitió conocer algunos interesantes entretelones anteriormente vedados a la opinión pública, entre ellos la hipocresía de la lucha de las “democracias capitalistas” contra el fascismo. En once ocasiones –¡once, no una!– el Reino Unido demandó de manera unilateral a la URSS la liberación de Hess, y en otras catorce lo hizo de común acuerdo con Washington y París. La última petición británica la firmó Margaret Thatcher el 4 de Octubre de 1982 según consta en los archivos. (ver https://www.theguardian.com/uk-news/2017/jul/20/uk-pressed-for-rudolf-hess-release-from-spandau-prison-soviets-hitler-thatcher-national-archives) Sin embargo, la absoluta intransigencia de la Unión Soviética frustró esos planes. Esta actitud fue acompañada, si bien discretamente, por el gobierno de Israel. El argumento de Moscú se apoyaba en dos consideraciones: uno, la liberación de Hess sería una afrenta a los veinte millones de soviéticos que murieron a causa de la invasión nazi a la URSS; dos, que una tal decisión alentaría la resurgencia del nazismo y el racismo en Europa. Fracasadas estas tentativas de liberación por “causas humanitarias” Hess murió en prisión en 1987, a los 93 años, en misteriosas circunstancias. La versión oficial es que se ahorcó, pero en Londres hay quienes aseguran que fue asesinado para que se lleve a la tumba el secreto de la misión que lo llevara al Reino Unido a inicios de los años cuarenta. De lo anterior se desprende una lección para la Argentina: un gesto supuestamente “humanitario” como el que benefició a un personaje como Etchecolatz –aún más sórdido y criminal que Hess que nunca perpetró por mano propia las atrocidades cometidas por aquel– no sólo es inmoral sino que fomentará el crecimiento de grupos racistas y neofascistas de diverso pelaje y alimentará la ilusión de que sus crímenes, como ocurrió en el pasado, podrían quedar impunes. Y en la Argentina de hoy si hay algo que no necesitamos es precisamente eso.

ECONOMÍA 31 de diciembre de 2017 Metas de inflación fallidas, presiones del complejo exportador y devaluación El dólar nuestro de cada día

El Gobierno decidió acelerar la devaluación bajando la tasa de interés al reconocer el fracaso en la política antiinflacionaria con las metas que maneja el Banco Central.
El Gobierno aceleró la devaluación del peso con el anuncio de la modificación de las metas de inflación. La presión por un dólar más alto del complejo agroexportador y de conglomerados industriales liderados por Techint tuvo así respuesta del gobierno. La alteración brusca del tipo de cambio tenía que esperar el momento político oportuno, que fue luego de que pasaran las elecciones de medio término y horas después de aprobado en el Congreso el paquete de leyes económicas. La decisión de política económica de depreciar la moneda nacional en al menos un 10 por ciento en pocos días no fue sólo porque la pauta inflacionaria quedó desfasada, puesto que la nueva meta del 15 por ciento en 2018 tampoco es una referencia creíble para el mundo de los negocios. Fue la medida para enfrentar una crisis económica que se manifiesta en el crecimiento del rojo en el sector externo (déficit comercial y de cuenta corriente) y en la profundización del desequilibrio de las cuentas públicas, maquillado en los últimos días del año con el asalto del Tesoro a las cuentas del Banco Nación (20 mil millones de pesos), de diversos organismos públicos (21 mil millones de pesos) y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses (poco más de 100 mil millones de pesos). 
Esta devaluación fue una decisión deliberada del equipo económico liderado por el jefe de gabinete, Marcos Peña. En términos políticos es similar a la del 17 de diciembre de 2015 y diferente al ajuste cambiario previo a las PASO en agosto, donde hubo especulación con el resultado por la participación de CFK en las elecciones. En las próximas semanas se definirá cuál será el nuevo piso del tipo de cambio pero para el club de los devaluadores 19 pesos no es un precio que satisfaga sus deseos.

El Gobierno aceleró la devaluación del peso con el anuncio de la modificación de las metas de inflación. La presión por un dólar más alto del complejo agroexportador y de conglomerados industriales liderados por Techint tuvo así respuesta del gobierno. La alteración brusca del tipo de cambio tenía que esperar el momento político oportuno, que fue luego de que pasaran las elecciones de medio término y horas después de aprobado en el Congreso el paquete de leyes económicas. La decisión de política económica de depreciar la moneda nacional en al menos un 10 por ciento en pocos días no fue sólo porque la pauta inflacionaria quedó desfasada, puesto que la nueva meta del 15 por ciento en 2018 tampoco es una referencia creíble para el mundo de los negocios. Fue la medida para enfrentar una crisis económica que se manifiesta en el crecimiento del rojo en el sector externo (déficit comercial y de cuenta corriente) y en la profundización del desequilibrio de las cuentas públicas, maquillado en los últimos días del año con el asalto del Tesoro a las cuentas del Banco Nación (20 mil millones de pesos), de diversos organismos públicos (21 mil millones de pesos) y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses (poco más de 100 mil millones de pesos). 
Esta devaluación fue una decisión deliberada del equipo económico liderado por el jefe de gabinete, Marcos Peña. En términos políticos es similar a la del 17 de diciembre de 2015 y diferente al ajuste cambiario previo a las PASO en agosto, donde hubo especulación con el resultado por la participación de CFK en las elecciones. En las próximas semanas se definirá cuál será el nuevo piso del tipo de cambio pero para el club de los devaluadores 19 pesos no es un precio que satisfaga sus deseos.

Modificar las metas de inflación no fue la causa que provocó el salto que describió la paridad cambiaria; fue la baja inmediata de la tasa de interés de las Lebac en operaciones del Banco Central en el mercado secundario. El Banco Central tiene suficientes reservas, por encima de los 55 mil millones de dólares, para intervenir en el mercado cambiario si existiera la voluntad de detener la suba del tipo de cambio. Y esos dólares no fueron utilizados para frenar la veloz corrida de 17,58 pesos del primero de diciembre hasta los 19,46 pesos del Día de los Inocentes. Operadores con experiencia en el mercado cambiario explicaron que el retroceso del viernes fue alentado por el gobierno a través de entidades “amigas” porque los capturó el miedo a un alza descontrolada. Ya había subido durante diez jornadas seguidas y las tensiones cambiarias aumentaban.  

Metas

La devaluación se trasladará a precios a una velocidad que hoy es difícil de prever pero se producirá más allá de las fantasías teóricas que el Banco Central construye para autosatisfacción de su presidente Federico Sturzenegger. En la conferencia de prensa donde fue mortificado por Marcos Peña, se mostró confiando en que el alza de la paridad cambiaria no impactará en los precios porque en el último ajuste de agosto pasado hubo una traslación de sólo el 18 por ciento, cuando lo habitual era el 80 por ciento. La diferencia sustancial es que esta última devaluación fue deliberada, que en los últimos meses el precio de los combustibles lo fijan las petroleras siendo clave en esa definición el tipo de cambio (en los próximos días subirán las naftas) y que la cadena energética fue dolarizada. A lo que se agregan los tarifazos previsto en transporte, gas, luz y agua en el primer trimestre de 2018 junto al aumento de servicios privados, como prepagas, telefonía celular y televisión por cable. También subirán los alimentos y otros bienes intermedios y de capital importados, productos del exterior que vienen capturando porciones del mercado local, como muestra el recorrido de la balanza comercial.
La meta de inflación del 17 por ciento no era creíble desde mediados del año pasado, y la nueva del 15 por ciento para el 2018 ya fue evaluada fuera de los parámetros de la actual dinámica de precios. Hasta el economista del macrismo de la primera hora Carlos Melconian afirmó en diálogo radial con Marcelo Longobardi que es muy difícil perforar la tasa de inflación promedio del 1,5 por ciento mensual. También el economista de la neoliberal Fiel Daniel Artana se preguntó en su cuenta de Twitter: “¿Cuando el 15 por ciento no se cumpla qué harán, relajarán de nuevo?”. 
El Banco Central abrazó las metas de inflación pero el fracaso en alcanzar el objetivo en 2016 y 2017, que lo obligó a modificar la pauta para 2018, que igual se presenta como una misión difícil de cumplir, revela que ese régimen monetario sólo sirvió para controlar el tipo de cambio y facilitar una rentable bicicleta financiera con las Lebac. 
El informe de Política Monetaria del BCRA, de mayo de 2016, define los principales elementos de las Metas de Inflación:
1 El reconocimiento explícito de la estabilidad de precios como el principal objetivo de la política monetaria, y un alto grado de autonomía operativa para perseguir este objetivo por parte del Banco Central. 
2 El anuncio de un objetivo de inflación cuantitativo.
3 Medidas de política monetaria diseñadas a partir de una evaluación prospectiva de la dinámica de precios, basada en una amplia variedad de información, incluyendo las expectativas de inflación.
4 Una adecuada estrategia de transparencia comunicacional.
5 Mecanismos de “rendición de cuentas” por parte del Banco Central en cuanto al logro del objetivo de inflación.
“En un régimen de Metas de Inflación, la credibilidad del Banco Central juega un rol fundamental”, apunta el informe, cualidad que fue dinamitada en la conferencia de prensa donde el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, informó la alteración de la pauta inflacionaria para el 2018, como así también la eliminación de las bandas de estimación de la tasa de inflación. Ambos anuncios tuvo a Sturzenegger como testigo privilegiado en el estrado, pidiendo permiso para hablar. 

De haberlo sabido

El primer paso de la nueva ronda de devaluación persigue el postulado del Fondo Monetario Internacional respecto a que el déficit externo se disminuye con un tipo de cambio competitivo. Además que el ajuste fiscal ayudará a disminuir el desequilibrio externo porque reduciría las necesidades de financiamiento. La devaluación atendería esos dos frentes.
Este diagnóstico y la consiguiente medida de política económica elegida no permitirán abordar la restricción estructural de la economía argentina, que no es otra que la escasez relativa de divisas. Podrá haber un alivio coyuntural sin alterar uno de los objetivos no explícito, que lo irá consiguiendo con un ciclo de devaluaciones, y que es central en la gestión del gobierno de Macri: consolidar una pauta de redistribución regresiva del ingreso.
Para tirria de los denominados economistas profesionales y de los analistas que se dedican a estigmatizar la letra K, Axel Kicillof fue quien adelantó esta última devaluación en septiembre pasado. En declaraciones radiales reproducidas por este diario comentó que hablando con representantes del mundo productivo le aseguraron que el gobierno les prometió realizar una corrección cambiaria muy fuerte después de las elecciones “porque así los números no cierran”. En ese momento no se conocía el paquete de reformas, ocultado en la campaña electoral, y el plazo se extendió hasta que el oficialismo consiguió su aprobación.
En esa misma entrevista señaló que en el gobierno piensa que la devaluación los ayudaría a disminuir el déficit fiscal, a bajar los salarios e impulsar la producción interna. Aclaró que le decían que estaban comprometido a hacerlo (la devaluación) y que había diferentes versiones, algunos le indicaron que el dólar subiría a 22 pesos y otros a 25 pesos. Para señalar que “yo no lo sé y sería irresponsable arriesgar un número”.
A la pregunta de con quien el gobierno se comprometió a una devaluación, Kicillof detalló que con exportadores, los sectores exportadores de granos y algunos sectores industriales asociados a la devaluación interna porque son sectores exportadores, por ejemplo, de tubos sin costura. Se refería en este último caso al Grupo Techint. Para precisar que “siempre (Techint) ha pedido fuertes devaluaciones porque les beneficia la competitividad a través del tipo de cambio”.

Regresiva

Las metas de inflación han quedado como un decorado del Banco Central pero es un régimen que ha lanzado a la economía argentina a la conocida bicicleta tasa-dólar, dominante en el período 1976-1989. La variante relevante pasa a ser de ese modo el tipo de cambio, que sólo una tasa de interés elevada permite controlarlo. La disminución de la tasa deriva en una suba del dólar, y a medida que el endeudamiento y la carga de intereses aumentan la exigencia es una mayor tasa para conseguir la refinanciación y para seducir a la vez a los inversores a retener los fondos en pesos. De esa forma se desarrolla un círculo vicioso que deriva en presiones cambiarias hasta que llegan a niveles incontrolables con desenlace en una fuerte devaluación.
El ajuste cambiario provoca una redistribución regresiva de ingresos y a los responsables de la administración de la economía les permite reducir en forma temporaria el déficit fiscal: el gasto nominal no aumenta tanto mientras la recaudación sube más proporcionalmente por la inflación originada por la devaluación. Otro efecto del ajuste cambiario es que el monto en dólares de las Lebac disminuye y a la vez mejora el balance del Banco Central por la revalorización de las reservas internacionales.
La devaluación se convierte así en la principal herramienta del ajuste ortodoxo para mejorar las cuentas fiscales, el cuadro de resultados del Banco Central y el frente externo. Es un ajuste que el macrismo instrumenta en los años pares, lejos de las elecciones de los años impares. Estos vienen acompañados de un ancla cambiaria, obras públicas y créditos a sectores vulnerables vía Anses (Argenta), para consolidar el tránsito hacia el objetivo de definir una pauta de distribución regresiva. Esta la va moldeando con la poda de ingresos en los años pares y sin permitir la recuperación en los impares. Esto lo desplegó en los dos primeros años del mandato y ya está lanzado a repetirlo en los dos últimos.
Para 2018 ya recortó los ingresos de 17 millones de personas del sistema amplio de seguridad social, convirtiéndose las próximas paritarias en un test clave. El gobierno aspira a que el 15 por ciento de la nueva meta de inflación sea el techo –sin cláusula gatillo– de la negociación salarial y la puja gremial intentará que sea el piso. La ola de despidos en el último mes de 2017 en dependencias del Estado, reiterando la estrategia de diciembre de 2015, es el mensaje oficial a los sindicatos y pretende actuar de disciplinamiento social al resto de los trabajadores. 

En manos de Wall Street

La formación de activos externos del sector privado no financiero en billetes esta cerca del nivel máximo alcanzado en los gobiernos kirchneristas en 2011, previo al lanzamiento de un régimen más estricto de administración del mercado de divisas. El balance cambiario del Banco Central facilita esa información de la fuga. Precisa que en 2011 el saldo de compraventa de billetes fue de 18.602 millones de dólares. El registro siguiente en el ranking es el de este año, que hasta noviembre suma 15.316 millones de dólares. Desde el primer mes del gobierno de Macri (diciembre de 2015) hasta el último registro publicado (noviembre 2017), la acumulación neta de billetes totaliza 29.094 millones de dólares.
La aceleración de la devaluación incrementa el patrimonio en pesos de quienes acopiaron esos dólares y aumenta las ganancias del complejo exportador. El club de los devaluadores sigue convencido de que así aumentarán las ventas al exterior por la recomposición de la competitividad cambiaria. Pero la evidencia empírica revela que las devaluaciones no aumentan las exportaciones, aunque sí permiten una ganancia más elevada para las firmas exportadoras.
La fuga de capitales que continúa a ritmo intenso, el déficit comercial que ha marcado un máximo histórico, el déficit de la cuenta corriente en niveles record con la tendencia de crecientes pagos de intereses de la deuda obliga al equipo económico a enviar señales al mercado de que están haciendo algo para revertir ese cuadro crítico. Aunque tengan un efecto pasajero, la devaluación y el ajuste son los deberes para que, con el aval del FMI y la suba en las notas de la deuda por parte de las calificadoras de riesgo, Wall Street no se le ocurra dejar de prestar. Ya se sabe qué pasa cuando suelta las manos. 

EL PAÍS 31 de diciembre de 2017 Opinión Nuevas metas, nuevas cuentas, nuevos cuentos

Opinión
Nuevas metas, nuevas cuentas, nuevos cuentos
Devaluación convalidada. Nuevas metas de inflación, apenas un piso. Las subas de precios ocurridas y por venir. Consecuencias de la movida oficial, impacto en las paritarias. Las reformas que quedan pendientes, perspectivas. El juez federal que cumple su deber, una excepción saludable.
Imagen: Jorge Larrosa
Los fines de año motivan balances y encuentros familiares. Los saldos saben ser dispares y son frecuentes las indigestiones. El Gobierno hizo un aporte inestimable al malestar con anuncios y medidas. Miles de despidos en el sector público, concomitantes con las fiestas, se condimentaron con la dosis de sadismo que agrega el gerenciamiento PRO del Estado. Santa Claus se vistió de verde, repartió regalos generosos en la City y desdichas por doquier.
El envoltorio de los anuncios del (pongalé) equipo económico reconoce antecedentes. La del viernes no fue la primera, ni la tercera ni la (llénese el claro) conferencia de prensa que pretende mostrar acuerdos entre funcionarios enfrentados en internas rabiosas.
El contenido tampoco aporta novedades: las administraciones de derecha tienen una tendencia irresistible a favorecer a ciertos sectores en detrimento de otros.
Contra su prédica, los neoliberales suelen batir records de déficit comercial: el macrismo superó uno ostentado por el menemismo desde 1994. Nada es casual: hablamos de la anterior experiencia del mismo signo ideológico que hizo estragos en estas pampas.
La etapa añade sus clásicos, por ejemplo que el oficialismo feche y cuantifique objetivos que jamás cumplirá: pobreza cero durante el mandato del presidente Mauricio Macri, quince por ciento de inflación en 2018, cinco por ciento en 2020. Tal vez esa cifra, situada en el laaaargo plazo, se parezca más a la que se acumulará en el primer trimestre del año próximo.

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La felicidad en bicicleta:Todos los intérpretes, sin distinción de banderías, tomaron en solfa la escenografía de la conferencia de prensa. Resaltaron un triunfo político del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, sobre el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger. Acomodar las “metas de inflación” a las cifras del Presupuesto no equivale a sincerarlas sino a pifiarla por menos dentro de un añito. 
Algunos indignados por la pérdida de autonomía del Central pusieron el grito en el cielo, evitamos sumarnos al clamor. Esa entidad jamás es autónoma, la conducen los organismos internacionales y el establishment económico, la mayoría de las veces. En ocasiones-oasis, toman el timón gobiernos populares con distintos proyectos.
Sturzenegger es un profeta desdichado…o quizá no tanto. Las metas de inflación son para él un potro chúcaro. Otra labor tenaz del banquero central resulta más exitosa: el fomento de la bicicleta financiera para grandes capitales. Los privilegiados entran divisas, los colocan en LEBAC y salen forrados sin riesgo ni beneficios que irradien a otros. El que pedaleó dólares se llevará dólares más un margen colosal. He ahí un puñado de ganadores del modelo.
También pueden festejar al final del ejercicio los grandes exportadores cerealeros. La reducción de las retenciones a la soja les dejará un mayor margen. El presidente de la Sociedad Rural, Miguel Etchevehere, sobreactúa su condición de símbolo. Cesa como jefe corporativo, se alza con un bono suculento en pago por los servicios prestados y, quién sabe, los que prestará con los fierros del Estado. Acumula como productor ipso pucho de asumir. Teléfono para la titular de la Oficina Anticorrupción, Laura Alonso, que ignora la existencia del conflicto de intereses.
Los grandes perdedores son más numerosos. Se cuentan por millones (de seres humanos y no de capitales): los jubilados, los beneficiarios de pensiones o de la Asignación Universal por Hijo (AUH).

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Fin de la mentira, comienzo de los juicios: El Gobierno perdió en la calle, en los medios y en el Congreso el debate sobre la actualización de las jubilaciones. Contumaces, Macri y los cruzados incondicionales insistían: el valor real de las prestaciones superaría a la inflación. Su cálculo, más chanta que voluntarista, adolecía de falta de sustento numérico aunque se basaba en una premisa: la inflación 2018 estaría en la banda que fabulaba Sturzenegger (9 a 12 por ciento anual y tenga a bien no reírse). Con el valor que franqueó Dujovne se derrumbó el débil pilar del vaticinio.
Los jubilados serán, no más, los primeros damnificados por el ajuste gradual. En una variante cruel de la solidaridad padecerán también los que se retiren en el futuro.
La lluvia de juicios comenzó con una mala nueva para la Casa Rosada. La Cámara Federal de la Seguridad Social admitió la recusación promovida por Miguel Fernández Pastor contra el juez subrogante Fernando Strasser. Fernández Pastor (abogado, jubilado él mismo, especialista en la materia) promovió un amparo contra la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses). A pedido de ésta, Strasser decidió “prevenir” e imantar todos los pleitos similares a su juzgado. Un modo de asegurarles un veredicto único, de dudosa legitimidad porque su Señoría no es titular del Juzgado: espera ganar un concurso que está por resolverse. Fallar a favor del Ejecutivo puede mejorar su puntaje…
La probidad y el decoro deberían inducirlo a excusarse por conflicto de intereses, no lo hizo. La Cámara le propinó un revés mientras siguen tramitándose otras recusaciones, basadas en sospechas de parcialidad. Una mancha más para la atigrada piel del Poder Judicial.

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Gatillo difícil: La devaluación veloz de fin de año fue convalidada por el Banco Central, con el sencillo recurso de no intervenir en el “mercado”. Trepada del dólar, aumentos de combustibles y de servicios públicos… la remarcación de precios viene como por tubo, la experiencia no miente. La inflación se va para arriba, hecho asumido hasta por los apologistas del macrismo. 
La capacidad de actualizar los ingresos para paliar el impacto inflacionario está distribuida de modo desigual, como todo. Es dispar, incluso, entre distintos estratos de la clase trabajadora.
 Los desocupados y los informales sufren para encontrar changas o laburos transitorios… su poder para indexar salarios es nimio o nulo.
Los sindicalizados arrancan con mejores perspectivas, dentro de todo. Las convenciones colectivas constituyen un desafío para la dirigencia sindical, una oportunidad para demostrar que representa cabalmente a sus compañeros. 
La secuencia arrancó con la Bancaria. Esta tratativa combina dos características propicias para los laburantes: la combatividad de su conducción y la bonanza de las patronales. Son excepción dentro del conjunto, por los dos factores.
La Paritaria Nacional Docente y las provinciales jalonan otro hito habitual. Los gremios bancaron con firmeza los derechos de los maestros lo que les valió críticas, denuestos y presiones de Macri y la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. No consiguieron torcerle el brazo ni siquiera con las amenazas al secretario general de SUTEBA Roberto Baradel y a personas de su familia. No se puede probar que el oficialismo promovió tamaña barbarie, objetivamente funcional a sus designios. Sí le cabe a Macri el reproche por haberlas tomado en solfa en su discurso de apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso Nacional.
El 15 por ciento dibujado por Dujovne fungirá de piso, tal vez hasta para los líderes más dóciles o abdicantes. La cláusula gatillo, activable si el aumento del índice de precios supera la pauta salarial pactada, comenzó a implementarse durante este año. Pudo dispararse en varios convenios durante 2017 aunque ciertos popes sindicales que no se dieron por enterados, renunciando en silencio a lo estipulado. El colmo de la complacencia, por expresarlo compasivamente.
En cualquier caso, las convenciones colectivas serán centrales en la dinámica de 2018 con enormes variaciones vinculadas al poderío gremial y al nivel de “disciplinamiento” causado por el desempleo. Tierra del Fuego como territorio, los metalúrgicos como rama de actividad son ejemplos posibles. Tallará, más vale, la capacidad de lucha de representantes y representados.
Es prematuro profetizar cómo impactarán la devaluación y sus secuelas sobre los créditos hipotecarios UVA. La banca pública y la privada los promovieron con timing para que el pico de la oferta coincidiera con la campaña electoral. De todas maneras, se trata de un beneficio para decenas de miles de grupos familiares de clase media. Es más que posible que suba el valor real de las cuotas cotejado con el nivel de ingresos de los compradores pero no es seguro mientras las variables se sigan moviendo y estén indeterminadas. 

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Proyectos en gateras: El gobierno resuelve expeditivamente las medidas que favorecen al capital y fracasa al promover inversiones, crear empleo o aumentar el valor adquisitivo de sueldos y prestaciones sociales.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), con imbatible coherencia, lo regaña por el exceso de gasto social pero no por la creciente desigualdad.
Las asimetrías entre logros para pocos y fracasos para el conjunto son llamadas “inconsistencias” en jerga técnica. Si uno fuera psicologista, diría que al oficialismo le sale bien el juego que más sabe y más le gusta. Sin caer en tanto simplismo, se puede apuntar que es más sencillo conducir la economía para pocos que construir un proyecto inclusivo, con su carga de contradicciones a superar.
Macri consiguió la aprobación de casi todo el combo de reformas económicas-sociales. Quedó traspapelada la Laboral para tratarse en el Congreso a partir de febrero. 
La pésima gestión política de la Ley Previsional malquistó a la Casa Rosada con la CGT y, quizá, rebasó el margen de tolerancia de los gobernadores peronistas. Destratados públicamente, cuestionados por sus propios legisladores, pegados a una ley impopular los mandatarios provinciales podrían entender que “ya garparon” el Pacto Fiscal. Dentro de dos meses se calibrará mejor cuánto cobran y cuánto cumple Nación con sus compromisos. Es probable o hasta posible que los datos concretos priven a Cambiemos de compañeros de ruta en las dos Cámaras. Habrá que ver.
La Reforma Política continúa en veremos. Su núcleo es el llamado voto electrónico. Aplicado en pocos países, desacreditado por su vulnerabilidad en la experiencia comparada, desechado por ONGs interesadas en derechos ciudadanos. Costaría entender la obstinación oficialista… si se creyera en su buena fe. En este tema, los intereses de los líderes provinciales difieren con los del Gobierno nacional. Con la foto actual, pinta luce complicado (no imposible) que el gobierno consiga los votos necesarios. 
Daños colaterales por la ley jubilatoria, impuesta de prepo, en varios sentidos hasta en el abuso de la violencia física (ver nota aparte).

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Constantes virtuosas y saludo habitual: La crónica semanal resalta constantes dichosas, conmovedoras como la recuperación de identidad de la nieta 127. La tenacidad, el respeto, la fortaleza para superar escollos signan la trayectoria de Abuelas de Plaza de Mayo. Su ejemplo mejora al sistema democrático y se reproduce en otras luchas sociales.
Una etapa difícil incita a la indignación individualista o a la parálisis, que nunca detuvieron a Madres y Abuelas. Sostener la resistencia, la crítica, la oposición por todos los medios lícitos es otra constante de la historia nacional, potenciada en este siglo.
Página/12 es, hoy y aquí, el único medio que combinando formato papel y Web, muestra a diario todo lo que el Gobierno oculta y manipula. 
El autor de esta columna disfruta de dos privilegios dolorosamente minoritarios. Trabaja en la profesión que eligió y puede vivir de eso. Como periodista integra el menguado conjunto de quienes laburan, expresan lo que piensan en un medio con el que comparte línea editorial.
La comunidad con un público constante y generoso, de similares ideas valores y creencias, es un capital invalorable. Por eso, como todos los años, este cronista ofrece un brindis virtual a lectoras y lectores. Por un mejor 2018, cuya construcción, así sea en parte, depende de lo que hagan los que aspiran a una sociedad más justa, equitativa y solidaria.

EL MUNDO 31 de diciembre de 2017 Renunció Ricardo Nogueira a la cartera de Trabajo cuando las cesantías superan a los nuevos empleos Se fue el ministro de los despidos en Brasil

Desde la entrada en vigor en noviembre de la reforma laboral del gobierno de Michel Temer, que legalizó el empleo irregular y redujo el costo de las indemnizaciones, hubo 12 mil despidos más que nuevas contrataciones en Brasil.
El gobierno argumentó motivos personales al presentar la dimisión de Ronaldo Nogueira, pero los números no lo ayudaron.
El gobierno argumentó motivos personales al presentar la dimisión de Ronaldo Nogueira, pero los números no lo ayudaron. 
El ministro de Trabajo de Brasil, Ronaldo Nogueira, renunció ayer al cargo, horas después de que datos oficiales revelaran que los despidos superaron a las contrataciones en noviembre en 12.000 puestos, tras la entrada en vigor de la reforma laboral del gobierno de Michel Temer, que legalizó el empleo intermitente y redujo el costo de la indemnizaciones.
En un comunicado oficial, enviado, el gobierno informó que Nogueira, quien pertenece al conservador Partido Laborista Brasileño (PTB), argumentó motivos personales al presentar su dimisión. El PTB, aliado del presidente Temer en el gobierno, anunció que el diputado por el estado de Maranhao Pedro Fernandes, un aliado del ex presidente José Sarney, asumirá el cargo en Trabajo, y aseguró a través de su presidente, Jovair Arantes, que Nogueira deja el ministerio para disputar su reelección como diputado en los comicios de octubre.

La dimisión se conoció horas después de la difusión de las mediciones del mercado laboral tras el primer mes en vigencia de la reforma que impulsó el gobierno. En noviembre se rompió una racha positiva de creación de empleo de siete meses consecutivos, debido a que 12.292 puestos de trabajo fueron cerrados en Brasil, resultado de la ecuación entre las contrataciones, que fueron 1.111.798 y los despidos, que sumaron 1.124.090, según datos del Ministerio de Trabajo.
El número quedó lejos de una visión positiva que esperaban los analistas del mercado financiero, que pronosticaron la creación de 26.600 puestos de trabajo con la reforma laboral, según el diario económico Valor.
En la comparación con años anteriores, el saldo negativo de noviembre de 2017 es mejor que el del mismo mes de 2016 y 2015, cuando se perdieron 116.747 y 130.629 trabajos formales, respectivamente, en medio de una profunda recesión económica, indicó el Registro General de Empleados y Desempleados (Caged) del Ministerio de Trabajo.
En esos dos años, el Producto Bruto Interno de Brasil se encogió más del siete por ciento, algo que no ocurría desde la década de 1930.
Esta base no mide el desempleo, algo que registra el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE), que indicó en octubre una desocupación del 12,5% de la población económicamente activa.
Según el Ministerio de Trabajo, siete de ocho sectores de actividad económica tuvieron eliminación de puestos de trabajo en noviembre, siendo el comercio, apenas, empujado por el furor del Black Friday, el único segmento que tuvo más contrataciones que despidos. La nueva ley laboral permitió, informó el Ministerio de Trabajo, la contratación de 3.067 empleados vía contratos intermitentes (por horas, apenas cuando el empleador requiera) y 231 mediante contratos a tiempo parcial.
El resultado fue el peor desde marzo pero para el ministro de Trabajo, Ronaldo Nogueira, “no significa la interrupción del proceso de recuperación del crecimiento económico del país”.
En el acumulado del año, fueron generados 299.635 empleos como saldo de la ecuación entre despidos y contrataciones. Pero, en la comparación interanual, había en noviembre de 2016 (38,79 millones) más empleados registrados que el mes pasado (38,62). “Los resultados de la reforma laboral serán recogidos en 2018”, dijo el ministro Nogueira, que citó la perspectiva de economistas y del gobierno de un crecimiento del PBI el año próximo año de entre 3% y 3,5%.
La reforma laboral, que quebró la legislación de 1943, fue la gran conquista del oficialismo en la agenda parlamentaria de 2017. La nueva ley entró en vigor el 11 de noviembre y recibió el aliento de la Federación de Industrias del Estado de San Pablo (Fiesp), la entidad cuyo presidente, Paulo Skaf, es dirigente del Movimiento de la Democracia Brasileña (MDB), el partido de Temer.
El gobierno se encuentra negociando los apoyos para otra reforma para la cual necesita modificar la Constitución, la previsional, con sesión marcada en la cámara baja para el 19 de febrero. La reforma necesita de 308 votos de los 513 de la Cámara de Diputados y hasta este fin de año el gobierno no llegaba a ese número.
El ministro de la Secretaría de Gobierno (Articulación Política), diputado Carlos Marún, dijo que los gobernadores que busquen financiación de los bancos públicos deberán ordenar a los parlamentarios de sus estados a votar la reforma previsional.”El gobierno espera que aquellos gobernadores que tienen recursos liberados actúen con reciprocidad con la ley jubilatoria. Esto es una cuestión de vida o muerte para el país”, dijo Marún. Ante el alboroto de la declaración, el ministro negociador aclaró: “No entiendo que sea chantaje trabajar a favor de algo tan importante como la modernización del sistema previsional”.