miércoles, 15 de noviembre de 2017

Réquiem II

In dust we trust.
ojos miel lapizlásuli vos y la mar que todavía nadás.
Silvio Rodríguez te acunaba en las noches de la resistencia
atolondrada.
Te cantaba.
Te dormías.
Partíamos decididos al limbo, y vos entre pestañas que te arropaban.
Afuera no amor, sí olor a azufre, que el viento traía.
El parque del Polaco Goyeneche nos escondía entre murgas y pibes
del Calamar que nos hacían de campanas.
Quizás por eso, podíamos volver a verte.
Apenas, casi empezaban los ochenta y tu vida
era un presagio de unicornios y dónde irían tus palabras
y que haríamos contigo mi dulcinea evita montonerita
de un color cielo que dorabas en las hamacas.
Caminaste un claro de luna.
El aire ese esquivo relámpago que irrumpía en vos.
Te llevé aquí.
Te llevo en memorias escritas, fotos pocas y un album
familiar que rompió un tahur.
A veces, o una vez te ví, ya no estabas.
Pero te ví.
Hijé.
Hijando seguí.
Duele.
No hijarte mas.
GB

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