lunes, 11 de diciembre de 2017

sueño dos.

a la orilla del mar la espuma sobre las olas parece un ejército de caballos arremetiendo contra una playa enemiga.
tozuda va, choca, se diluye y retorna erguida.
Mientras, camino hacia adentro.
Te llevo en una cajita.
Detrás mío una niñita, pienso enojado: "si su madre la deja , allá ella".
Apuro el paso entre el oleaje para dejarla atrás.
La cintura se me llena de sal.
Atrás queda la chiquita, y un coro de silencios a la vera de este mar que no distingo.
Miran, o eso creo.
Lloran, sí aunque no los vea.
Abro la tapita y caés entre bruma, viento, sol y lágrimas a cuenta gotas.
Nado en un mar oscuro entre casas, doblo la esquina y ancho me devora
un océano verde musgo.
Una ola gigantesca me absorbe la mirada.
No me agito.
No me angustio.
Simplemente nado.
Sin vos.
Nadie.
El Solo de mis poemas, personaje de mis sueños.
Y todo ese aire que te faltó y te llevó, que a mí me sobra.
GB

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